Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 7 de junio de 2025
Sí, yo respeto en aquel hombre el amor augusto de la familia; respeto y adoro esa sacratísima poesía, cuyo poeta no mora en este mundo. Aquella criatura envilecida lleva consigo un profundo misterio que Dios le ha dado, y ante ese misterio que Dios nos da, debia el hombre estudiar en silencio y con la cabeza destocada.
La fuerza incontrastable de tus versos Y murmurios perversos me han traido Del reyno del olvido á obedecerte; Mas, ó mora, que el verte en esta impresa Infinito me pesa, porque entiendo Que es ir tiempo perdiendo. Por qué causa?
Los trajes de las señoras, tanto moras como cristianas, eran de pura fantasía teniendo de cinco á siete distintos cada una de ellas. Ví una mora cubriendo su cabeza con pamela, y más de un moro que lo hacía con sombrero de copa. Con esto creo baste, pues son dos buenos botones para muestra.
-Mora es en el traje y en el cuerpo, pero en el alma es muy grande cristiana, porque tiene grandísimos deseos de serlo. -Luego, ¿no es baptizada? -replicó Luscinda.
Recordará el lector que Diego de Praves fué llamado á Córdoba por el obispo Reinoso en 1597 para que diese su opinion sobre el modo de concluir la fábrica. Este arquitecto fué el encargado de las obras del palacio y de la catedral de Valladolid, trazadas por Francisco de Mora y por Juan de Herrera, cuando se trasladó la corte de aquella ciudad á Madrid.
En resolución, él mostraba en su apostura que si estuviera bien vestido, le juzgaran por persona de calidad y bien nacida. Pidió, en entrando, un aposento, y, como le dijeron que en la venta no le había, mostró recebir pesadumbre; y, llegándose a la que en el traje parecía mora, la apeó en sus brazos.
En nuestros viejos romances y leyendas, siempre roba el moro a la linda infantina cristiana, y siempre el caballero cristiano logra su anhelo con la princesa mora, en la noche o en la mañanita de San Juan; y en el pueblo se diría que conservaban la tradición de los viejos romances. Las calles estaban llenas de gente. Todo el pueblo estaba en las calles y además los forasteros.
Esta, pues, hermosa y mora, en lengua aljamiada, asiendo a Costanza y a Auristela de las manos, se encerró con ellas en una sala baja, y, estando solas, sin soltarles las manos, recatadamente miró a todas partes, temerosa de ser escuchada, y, después que hubo asegurado el miedo que mostraba, les dijo: ¡Ay, señoras, y cómo habéis venido como mansas y simples ovejas al matadero! ¿Veis este viejo, que con vergüenza digo que es mi padre, véisle tan agasajador vuestro?
Para la mora hubo un poco de discusión, opinando unos que Acay era más á propósito que Beten y otros lo contrario, pero la opinión se decidió por la última, ante la justa observación del Directorcillo, quien dijo que la mora tenía que ponerse calzoncillos muy cortos y las pantorrillas de Acay eran muy delgadas.
Yo sé el romance de la Reina mora gritó D. Diego, batiendo palmas . ¿Lo echo? Venga. No: el del Barandal del cielo, que es más bonito y habla de la Virgen añadió el Condesito, gozoso de poder lucir sus habilidades . Me lo enseñó mi hermana Presentación, que sabe veintisiete y los dijo todos arreo delante del Sr. Obispo de Guadix, cuando Su Ilustrísima paró en casa el mes pasado.
Palabra del Dia
Otros Mirando