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Actualizado: 7 de mayo de 2025
Al fin, llovía sobre mojado, y en cada nuevo embate de la enfermedad se llevaba ésta mayor tajada entre las uñas.
En más de una ocasión le llamaron aparte para proponerle un negocio, esto es, desvalijar o asesinar a alguno. ¿Y estás seguro de que no ha mojado nunca en alguno de esos negocios? preguntó Elena con acento dubitativo. ¡Mujer, qué estás diciendo! exclamó su marido soltando a reír. Elena sacudió la cabeza reservándose su opinión.
-Ahí esta el punto -respondió don Quijote- y ésa es la fineza de mi negocio; que volverse loco un caballero andante con causa, ni grado ni gracias: el toque está desatinar sin ocasión y dar a entender a mi dama que si en seco hago esto, ¿qué hiciera en mojado?
Golfín le martirizaba cruelmente tres veces por semana, pasándole por los párpados un pincel mojado en nitrato de plata, después otro pincel humedecido en una solución de sal común. Nuestro amigo veía las estrellas con esto, y necesitaba de todas las fuerzas de su espíritu y de toda su dignidad de hombre para no ponerse a berrear como un chiquillo.
Y lloraba, sí señor; habíase llevado un dedo a los ojos y lo retiraba mojado de lágrimas. ¡Llorar un hombre como él! ¡Ah, la ingrata...! Pero un golpe de tos seca, espasmódica, asfixiante, le volvió a la realidad.
Cuando le tuvieron vestido de esta suerte, le dijeron que mejor que careta, convenía que se pintase; a lo cual él se prestó. Tomó un chico el pincel y la caja de pinturas, y fingiendo que le embadurnaba con mil colores, le paseó el pincel largo rato por la cara, mojado en agua solamente. Pidió Marín un espejo para verse. Los maleantes jóvenes tuvieron buen cuidado de no proporcionárselo.
23 Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba sentado en la mesa al lado de Jesús. 24 A éste, pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntase quién era aquel de quien decía. 26 Respondió Jesús: Aquel es, a quien yo diere el bocado mojado. Y mojando el bocado, lo dio a Judas Iscariote, hijo de Simón. 27 Y tras el bocado, Satanás entró en él.
Pues vete a tu puesto, y en cuanto a nosotros, pongamos manos a la obra. Los cuatro bajaron a la estiba y fueron trasladando los barriles al pie de la escotilla para subirlos después a la cubierta. Habían separado apenas tres, cuando advirtieron que todo el lastre estaba mojado. ¡Calle! exclamó el Capitán . ¿Qué quiere decir esto? ¿Se ha roto algún barril o hace agua el junco?
El perro había pasado por encima de Anita; no había querido morderla. Ella entonces, desde la otra orilla, le llamó y le dijo: Chito, toma, ahí tienes eso. Era su merienda que llevaba en un bolsillo; un poco de pan con manteca mojado en lágrimas. Casi siempre comía el pan de la merienda salado por las lágrimas.
Repetidos ataques de este género tuvo el P. Enrique, siempre en la soledad de su estancia. El Padre tenía algunos conocimientos médicos, y él mismo se curaba con auxilio de su criado. Ya se hacía poner sinapismos, ya dar fuertes fricciones, ya se aplicaba a la nariz cierta hierba, por cuya virtud provocaba una ligera emisión de sangre, ya se cubría la cabeza con un lienzo mojado en agua fría.
Palabra del Dia
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