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Actualizado: 29 de julio de 2025


Nació en plena corrupción colonial, cuando era Cuba mártir, el vertedero de todo lo podrido, el refugio de todos los estorbos, de todos los hambrientos y desocupados de España, cuando era nuestra tierra, el criadero de una milicia viciosa y enfermiza, robada a la Agricultura y a la Industria de su país; cuando era esta ciudad, jardín de América hoy, corral blando y holgado de Capitanes Generales infecundos, logreros e imperiosos; cuando la bandera roja y gualda flotaba sobre nuestra casa y a su sombra los cubanos estaban condenados a perpetua cobardía y los españoles autorizados para enriquecerse y engordar sus vicios insolentes; cuando el criollo moría en la miseria y el peninsular paseaba satisfecho en el carruaje comprado con el oro que manaba del crimen; cuando había más cárceles que escuelas, y el látigo infamante chasqueaba sobre las espaldas de los hombres de una raza tan necesitada de justicia como la nuestra; cuando el cubano que no se sometía a servir de celestino al pisaverde madrileño que lo solicitara, iba a purgar su osadía en el presidio; cuando el talento de los nativos dormía echado bajo la bota del déspota ceñudo, y la capa torera sobre los hombros y la cinta de hule en el sombrero, eran los únicos pasaportes de honor y las únicas cédulas de vida, verdaderas.

Muchos de aquellos jóvenes apuestos de la milicia, no volvieron jamás á Sevilla, y perecieron víctimas del furor reaccionario, derramando su sangre generosa en defensa de la libertad.

Por eso la Suiza, en un dia de peligro, puede presentar en batalla 100,000 soldados que no están gravando su tesoro, y una reserva de 200,000 que forman la milicia de los cantones. Es inexacto decir que la Suiza se compone de varias razas y comuniones religiosas separadas; en realidad allí no hay mas que una raza: la de los hombres libres, ni mas que un culto: el del patriotismo.

A la chica, que de suyo era tornadiza, la había agarrado el diablo por la, milicia y... ¡échele usted un galgo a su honestidad! Con razón decía uno: Algo tendrá, el matrimonio, cuando necesita bendición de cura.

Sin embargo, en lugar de los tragalentejas; que solían venir en lo antiguo de una ciudad cercana, iban los músicos municipales casi siempre tocando y vistiendo aún el uniforme de la extinguida milicia.

Santa Cruz, Bringas y Arnaiz el gordo, monopolizaban toda la pañería de Madrid y surtían a los tenderos de la calle de Atocha, de la Cruz y Toledo. En las contratas de vestuario para el Ejército y Milicia Nacional, ni Santa Cruz, ni Arnaiz, ni tampoco Bringas daban la cara.

Pero dudo mucho que hubiese quien se agregase á los Almugavares, milicia de tanta fatiga y peligro, sin ser de su nacion, porque la inclinacion natural les hacia seguir la profesion de los padres; ni hay hombre que pudiendo escoger siguiese milicia, que desde la primera edad se ocupase con tanto riesgo de la vida, descomodidad, y continuo trabajo.

El ejecutivo está á cargo de un Consejo de Estado, cuyos miembros, de igual duracion, son nombrados por el Gran Consejo. En Ginebra no hay tropa permanente ni jerarquías militares. Todos los ciudadanos de 20 á 50 años son miembros de la milicia del Estado, que presta su servicio cuando la autoridad la llama, y de cuyo seno sale un contingente anual para el modesto ejército federal.

El de la derecha conduce a los Llanos, su patria, el teatro de sus hazañas, la cuna de su poder; allí no hay fuerzas superiores a las suyas, pero tampoco hay recursos; el del medio lleva a San Juan, donde hay mil hombres sobre las armas, pero incapaces de resistir a una carga de caballería en que él, Quiroga, vaya a la cabeza agitando su terrible lanza; el de la izquierda, en fin, conduce a Mendoza, donde están las verdaderas fuerzas de Cuyo a las órdenes del general Videla Castillo; hay un batallón de ochocientas plazas, decidido, disciplinado, al mando del coronel Barcala; un escuadrón de coraceros en disciplina que manda el teniente coronel Chenaut; milicia, en fin, y piquetes del número 2.º de cazadores y de los coraceros de la Guardia. ¿Cuál de estos tres caminos tomará Quiroga?

¿Y sabéis si, por ventura, ese Gaspar tomó bandera en Sevilla para los tercios de Méjico? De Méjico nos escribía, respondió Margarita; pero él nunca nos dijo en sus cartas hubiese entrado en la milicia; y si entró callolo, sin duda por no dar pesadumbre a sus padres.

Palabra del Dia

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