Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 13 de julio de 2025
La nariz era perfecta. «Narices como la mía, pocas se ven»... Y por fin, componiéndose la cabellera negra y abundante como los malos pensamientos, decía: «¡Vaya un pelito que me ha dado Dios!». Cuando estaba concluyendo, se le vino a las mientes una observación, que no hacía entonces por primera vez. Hacíala todos los días, y era esta: «¡Cuánto más guapa estoy ahora que... antes! He ganado mucho».
Me dijiste, asceta, que es triste la vida, que amor es llorar, sé que no mentiste cuando lo dijiste; mas dime, poeta, ¿hay algo en la vida más dulce que amar? Yo te odio, asceta, porque sé que sientes con sinceridad. Te amo, poeta, porque sé que mientes la realidad. Filósofo, Poeta, que mirais las cosas tristes de este mundo, uno, muy profundo, con ojos de asceta y otro, como rosas;
Por lo pronto, sólo pensó en el placer que aquello podría traerle, y no formó proyecto alguno de armar escándalo y camorra. Llegó a la Tejuca a caballo, con tres o cuatro de los que eran más amigos suyos, y se hizo presentar a Arturito del modo más correcto. Arturito le acogió con la debida cortesía. No pasó por las mientes de nadie que pudiera sobrevenir un lance entre ambos.
Tímido como el niño adolescente, te persigo doquier; y hallarte espero, cual el que sueña dichas y dormido á sí mismo se guarda el dulce sueño, temiendo, al despertar, todo el encanto de su delirio contemplar deshecho. ¿Quién eres? ¿Quién á mí te ha conducido? ¿Acaso el ánsia de carnal deseo? ¡Ay de mí! No lo sé, que áun no te he hablado; áun si mientes ignoro... y ya lo temo.
Y si no, guerra, guerra con los ingleses. ¡Ah! ¿No hicimos lo del Callao? Aquello si que fue grande. Te lo contaré, pues lo sé como si lo hubiera visto». Pero Mariano no paraba mientes en aquel interesante capítulo de Historia. La epopeya de los veinte reales en sellos cautivaba más su espíritu, adormeciéndole en cálculos voluptuosos y combinaciones de riquezas y placeres.
Mesía había huido y vivía en Madrid.... Ya se hablaba de sus amores reanudados con la Ministra de Palomares.... Vetusta había perdido dos de sus personajes más importantes... por culpa de Ana y su torpeza. Y se la castigó rompiendo con ella toda clase de relaciones. No fue a verla nadie. Ni siquiera el Marquesito, a quien se le había pasado por las mientes recoger aquella herencia de Mesía.
Pues habría que andar a salto de mata, recatándose, escondiéndose. Cuando el marido volviese, la humillación sería completa. Lo raro, el síntoma grave, consistía en que otras veces no paró mientes ante la perspectiva del placer robado, y ahora sí. ¡Ruin cosa sería verse obligado a guardar respetos a un marido! Por supuesto que si no estuviera realmente casada ¡ah!, entonces, aun transigiría menos.
Fortunata tenía sus pensamientos tan en lo hondo, que no paró mientes en la increíble tontería de llamar mona a una custodia. v
Si usted quería escribir, imprimía y vendía cuanto a mientes se le viniese, y ahí están si no las obras de Saavedra, las del mismo Comella, las de Iriarte, las de Moratín, las poesías de Quintana, que escritas en nuestros días no podrían probablemente ver en muchos años la luz pública.
Se miraba en los cristales, y se detenía larguísimos ratos delante de las tiendas, como si escogiera. No paraba mientes en el susurro de los grupos, que decían: «El Rey se aburre, el Rey se va». A la entrada de la calle de la Montera la animación era, como siempre, excesiva. Es la desembocadura de un río de gente que se atraganta contenido por una marea humana que sube.
Palabra del Dia
Otros Mirando