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Actualizado: 13 de junio de 2025
A sus piés arrastraba el Pasig su corriente de plata, en cuya superficie brillaban perezosas las espumas, giraban, avanzaban y retrocedían siguiendo el curso de los pequeños torbellinos. La ciudad se levantaba á la otra orilla y sus negros muros aparecían fatídicos, misteriosos, perdiendo su mezquindad á la luz de la luna que todo lo idealiza y embellece.
De la taberna nunca le traje una blanca de vino; mas, aquel poco que de la ofrenda había metido en su arcaz, compasaba de tal forma que le duraba toda la semana. Y por ocultar su gran mezquindad decíame: "Mira, mozo, los sacerdotes han de ser muy templados en su comer y beber y por esto yo no me desmando como otros."
Sinembargo de la mezquindad con que gobiernos como los de Hesse-Cassel, Hesse-Darmstad, Nassau y otros se oponen al movimiento liberal que agita al pueblo aleman, no por eso creo que merezca absoluta censura la resistencia que esos pequeños Estados manifiestan respecto de las tendencias unitarias.
Dar dinero a préstamo le parecía una mezquindad. Las angustias de los labradores eran cuando moría el caballo y había que comprar otro. Por esto don Jaime se dedicó a vender a los hortelanos bestias de labor más o menos defectuosas que le proporcionaban unos gitanos de Valencia y que él colocaba con tantos elogios cual si se tratase del caballo del Cid. Nada de venta a plazos.
Con todos sus desdeñosos alardes, debía quedarle un resquemor, porque acompañó dicha frase con un brusco movimiento de hombros y cierto gesto que le contraía los labios y daba a su rostro una expresión desagradable. Habitualmente perdía así la elegancia de la actitud y la distinción del rostro en cuanto le dominaba un estado de pasión; la verdadera mezquindad de su ser se traslucía.
¡Sí, sí, sólo la envidia impulsaba a Diana, la envidia! Esto explicaba las palabras que había pronunciado y la causa de su veneno. Diana quería hacerle creer que la preferencia marcada de Huberto, la dejaba profundamente indiferente. En realidad, sentía despecho... ¡Cuánta mezquindad en esta manera de proceder! ¡Y decir que Diana, su prima, su amiga, no vacilaba en ser cruel con ella!...
Pobre Celestina... ¿En qué consiste que el cerebro llega a estrecharse hasta ese punto? No creo que el de Celestina haya tenido nunca una amplitud notable... Lo admito, en cuanto a Celestina. Pero ¿crees que es una excepción? No, hija mía. Ese es uno de los escollos del celibato, pues, en mi concepto, hay más peligro de mezquindad en la mujer que vive sola que en la que tiene marido e hijos.
4 no sea que, si vinieren conmigo macedonios, y os hallaren desprevenidos, nos avergoncemos nosotros, por no decir vosotros, de esta nuestra confianza. 5 Por tanto, tuve por cosa necesaria exhortar a los hermanos que fuesen primero a vosotros, y apresten primero vuestra bendición antes prometida para que esté aparejada como de bendición, y no como de mezquindad.
Pero como no sucedía así, los meses corrían y hasta los años, y Cafetera, lejos de llegar á capitalista, perdió los últimos pingajos de su vestido, ganando en cambio muchas nociones de baraja y no pocos títulos de borracho sobre el que ya tenía bien merecido. Entonces comenzó á mirar con desaliento la mezquindad de la Dársena, y la penuria de su explotación legal.
Yo no comprendo bien el entusiasmo que ha habido en la España del siglo XIX por cultivar la mezquindad. En libros, en dramas y en toda clase de escritos se ha exaltado con fruición la más estúpida y fría mezquindad, como la única virtud del hombre.
Palabra del Dia
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