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Actualizado: 19 de mayo de 2025
Y, hablando entre sí mesmo, decía: -Si Roldán fue tan buen caballero y tan valiente como todos dicen, ¿qué maravilla?, pues, al fin, era encantado y no le podía matar nadie si no era metiéndole un alfiler de a blanca por la planta del pie, y él traía siempre los zapatos con siete suelas de hierro.
Mendoza le perdonaba al instante estas y otras bromas, y Miguel, que no las llevaba a cabo con intención malévola, sino por el afán irresistible de reírse, le pagaba su paciencia «sacándole los significados» y metiéndole en la cabeza las lecciones.
FOIEGRAS DE HÍGADO DE CERDO. Se pica muy menudo un cuarto de kilo de hígado y medio de manteca; se sazona con sal y pimienta molida y se capola muy finamente; se agrega una latita de trufas muy picadas; se coloca en un molde entre el velo del hígado y se cuece al baño maría, metiéndole por último al horno para que termine de hacerse.
Segunda acercaba una vela para que la dama pudiera ver bien las facciones del niño, quien no parecía entusiasmado, ni mucho menos, con inspección tan impertinente ni con la viveza de la luz, tan próxima a sus ojitos. «¡Qué mal genio tiene!» dijo la santa sentándose junto al lecho, mientras Fortunata agasajaba a su hijo, y metiéndole el pecho en la boca, trataba de aplacarle.
No es fácil representarse el estupor que se apoderó del ingenioso Sánchez al ver a aquellos energúmenos vociferando frente a él y metiéndole los puños por la cara. Todo su discurso estaba lleno de benevolencia, de ideas conciliadoras; creía estar lisonjeándoles; hasta esperaba verlos enternecidos como él andaba cerca de estarlo. Y he aquí que de repente se levantan frenéticos, amenazadores.
De pronto un caballero, venido quién sabe de dónde, pasó hacia la derecha de la comitiva sobre lustroso corcel y, haciéndole tomar un impulso inverosímil, saltó del otro lado del cerco. Echó pie a tierra en seguida, y, desviando a uno de los ventores, asió con una mano el cerro de la fiera metiéndole con la otra el puñal por los sobacos.
Al cabo de un momento, Julia, metiéndole la boca por el oído, le dijo muy quedo: Mira, vamos a sentarnos al sofá y podremos hablar lo qué queramos... Lo haremos con disimulo; aguarda un poco. Y después de acercarse al balcón y echar una ojeada a la calle, dijo en voz alta: Miguel, tú no has visto los retratos que nos hemos hecho últimamente mamá y yo, ¿verdad?
" Harto me holgara yo respondieron de la redoma que entrara uno de la Santa Inquisición para que, metiéndole a él en otra de cal y canto, me sacara a mí desta jaula de papagayos de piedra azufre. Pero tú has llegado a tiempo que me puedes rescatar, porque éste a cuyos conjuros estoy asistiendo, me tiene ocioso sin emplearme en nada, siendo yo el espíritu más travieso del infierno."
Inútilmente el Cigarrero brincaba con heroísmo delante de los cuernos, metiéndole el trapo por los ojos; inútilmente Lagartijo y el Gordo le echaban también los capotes, exponiéndose a morir; el toro, como si tuviese algún agravio del infortunado Baldomero, no atendía a nada, y lo recogió otra vez y otra vez lo tiró al aire.
Luego lanzose de un lado y de otro desarmando y acuchillando. Hubiérase dicho que esgrimía en su mano un puñado de estoques. Hirió primero a un mozo de larga cabellera, metiéndole muy hondo la punta en el pecho. A otro, que pretendió intimidarlo agitando su alfanje, cruzole el rostro con veloz cuchillada.
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