Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 9 de mayo de 2025


Estoy cansada de los hombres; tal vez los odio. Yo he conocido a los más hermosos, a los más elegantes, a los más ilustres. He sido hasta reina; reina de la mano izquierda, como dicen los franceses, pero tan dueña de la situación, que a haber querido meterme en tales vulgaridades, hubiese cambiado ministerios y trastornado países.

también continuó estás algo tocado de ese afán de hacerte rico, aunque sea arruinando al mundo entero. No te culpo por esto; es la fiebre de la época, y la juventud es la que con más calor apadrina las ideas nuevas. Tienes razón; yo no puedo, yo no debo meterme en los negocios de Antonio; carezco de derecho. ¿Qué soy en aquella casa?

Ello fue que, sin meterme en grandes filosofías, salí triunfante de la prueba con poquísimo esfuerzo de mi voluntad. Verdad es también que, por buenas o por malas, yo, decentemente, necesitaba triunfar en aquel empeño.

Pues aún murmuran cosas peores gritó el de Naya. ¿Eh? Si no se oye nada con este vendaval. Que aún dicen cosas más serias voceó don Eugenio, pegando su inquieta yegüecilla a la reverenda mula del arcipreste. Dirán que nos van a fusilar a todos.... Lo que es a , ya me amenazó el secretario con formarme siete causas y meterme en chirona.

Al cabo, comenzó, como suele decirse, a meterme los dedos en la boca, y vomité cuantas menudencias de significación o insignificantes habían acaecido entre la hermana y yo en los breves días que la trataba. Sentía yo el gozo de todo enamorado en abrir el pecho y poner de manifiesto mis alegrías, temores y esperanzas.

Yo me vuelvo loca... Y no por qué me devano los sesos, porque en rigor, ¿a qué me va ni me viene? Si Maximiliano quiere humillarse después de las atrocidades que pasaron, yo no debo meterme... Pero , me meteré. ¿Cómo consentir tal afrenta?

En substancia, y sin meterme ahora a sondar estas llagas de mi hacienda, que ya se hará también, resulta de este triste expediente que mis rentas hoy, reales y efectivas, no pasan de... doscientos sesenta... De trece mil duros mal contados interrumpió Simón, sabiendo que el duro era la unidad monetaria que usaba la marquesa en sus cálculos y libramientos.

En el primer caso, ¿cómo justificar mi silencio sin autorizar a Nieves para que me creyera muy interesado en quedarme con el clavel?; y en el segundo, tenía que meterme en una rociada de galanterías, que con toda seguridad hubieran resultado cursis e impropias de un hombre serio que mira a esos señores con la estimación respetuosa con que los miro yo.

Tal es la sustancia de lo que me refirió Chisco. Con ello sólo podía explicarse el arrechucho aquel de Facia, y podía también no explicarse: de todas suertes, el caso, aun después de conocida la historia de la mujer gris, que no dejaba de ser interesante, no era para meterme en escrupulosas indagaciones; y no me metí.

Me volví á palacio, pero estaban las puertas cerradas, y me vi obligado á meterme con el cofre y con mis gentes en donde mis gentes me entraron, en una muy mala casa, señor, donde me dieron un jergón muy malo, y pasé una muy mala noche y luego me hicieron pagar un muy buen precio... desdichas y más desdichas... y cuando creía que iba á descansar, he aquí que me prenden en nombre del Santo Oficio, y me asusté, señor, porque sin que os ofendáis, el nombre del Santo Oficio mete miedo, y me entran y me encierran en vuestra celda.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando