Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 10 de julio de 2025


Yo, señora, soy vuestro humildísimo servidor que besa vuestros pies, Francisco Martínez Montiño. ¡Ah! ¿sois el cocinero mayor de su majestad? ; , señora. Pero explicadme... explicadme... porque no comprendo por qué os envía el Santo Oficio de la general Inquisición. Ni yo lo entiendo tampoco, señora. ¿Pero á qué os envían?

Este amor ha hecho que, por servir noble y dignamente siempre á su majestad, que de otro modo no le sirviera yo, haya salido muchas veces sola de noche, yo que no he estado nunca sola, ni aun en mi casa.

¡Ah! ¿conque es decir que las coimas son aquí primero que las viandas de su majestad?

Al cabo profirió con su majestad acostumbrada: Nada hay para el hombre más pesado que advertir cómo le arrebatan cuando menos lo imagina aquellos bienes que constituyen su dicha, el único recreo de sus días.

Prólogo á las Comedias de Cervantes. Digna es también de mención una fiesta dramática, que se celebró en Burgos el 27 de octubre de 1571, para solemnizar la entrada de Doña Ana, hija del emperador Maximiliano II, cuarta esposa de Felipe II. Su argumento era el rapto de la princesa Oriana del Amadís de Gaula, narrándose esto prolijamente en la Relación verdadera del recibimiento, que la muy noble y muy más leal ciudad de Burgos, cabeça de Castilla, hizo á la Majestad Real de la Reina N. S., Doña Ana de Austria, primera de este nombre, pasando á Segovia para celebrar en ella su felicísimo casamiento con el Rey D. Felipe, N. S., segundo de este nombre.

La frente, el nacimiento de los cabellos, la mirada de ese joven, ¿no han recordado á vuestra majestad uno de sus más grandes, de sus más leales vasallos, que por serlo tanto está alejado de España? No repitió con la misma ingenuidad la reina.

Sin embargo, con ser tan penosa ésta se empeoró con el tiempo, y en el siglo XVII, la católica majestad de Felipe IV dío orden en 1637 para que, de todos los de Sevilla, se formase un registro y conforme á él fueran recogidos de casa de sus amos y se llevasen á la cárcel real, de donde pasarían luego nada menos que á remar á las galeras.

El pueblo de Candelaria es muy a propósito, por su situación y proporciones, para capital de la provincia; y para que lo fuera con más lustre y esplendor pudiera solicitarse de Su Majestad la gracia de que le condecorase con el título y privilegios de ciudad; pues, poniéndose allí los tribunales y demás ministerios que después diré, no tengo duda que en breve se aumentaría su población con los muchos españoles que se avecindarían allí.

En tal situación prosiguió doña Clara , habiendo tomado la reina en su apuro vuestro nombre, siendo muy posible que el rey desconfiase y os llamase y os preguntase, la reina, con las lágrimas en los ojos, me suplicó que la salvase; era preciso que yo os llamase; que os hablase á solas en las altas horas de la noche en mi aposento, que os revelase toda una sucesión de misterios... yo creía que todo aquello era necesario para salvar á su majestad, y... me sacrifiqué; me dije: «él se me ha mostrado ciegamente enamorado... le propondré que se case conmigo... Si acepta, al momento, al momento...», y se preparó todo... Me vestí de boda y os esperé anhelante... anhelante por consumar el sacrificio.

En el fondo del bosque brama el Arve, torrente furioso allí, y donde quiera reina la majestad de la naturaleza salvaje.

Palabra del Dia

malignas

Otros Mirando