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Actualizado: 23 de mayo de 2025


Las paredes, arañadas por las aguas, mostraban sus adobes de barro crudo, sin más que unas ligerísimas manchas blancas que delataban el antiguo enjalbegado. La puerta estaba rota por debajo, roída por las ratas, con grietas que la cortaban de un extremo á otro.

Entendida esta resolución por Quatí, cacique de los Payaguás, se fueron tras ellos, así él como sus vasallos, con intención de vivir en las Reducciones de los Guaranís, y hacerse cristianos; mas reconociendo que entre los suyos había aún algunos, cuyo caudillo era un cristiano apóstata llamado Ambrosio, que estaban obstinados en vivir á su libertad, y eran los familiares del demonio y hechiceros, determinó apartarse de ellos é irse adelante con su chusma en sus canoas, que son ligerísimas.

Los tres portales de la base, las ligerísimas columnas del segundo y tercer cuerpo, la enorme roseta que se abre en el centro, como una inmensa filigrana de piedra, las esculturas, estatuas y torrecillas que se destacan sobre los relieves del edificio, los arcos tendidos y las preciosidades de los portales laterales y de las capillas, en fin, la gigantesca torre calada, que termina en una forma semejante á la de una mitra aguda, forman el conjunto mas interesante, aun para el viajero que carece de conocimientos artísticos.

Si yo contase el argumento destruiría todo el hechizo de la obra no contándole con mucha extensión, porque en la obra, las palabras no huelgan, siendo en ella el carácter de la protagonista tan verdadero, simpático y regocijado, que mis paisanas las cordobesas no pueden pedir más, a pesar de lo picante de algunas ligerísimas punzadas satíricas.

El primer contraste que tuvieron fué la perfidia de los Payaguás, que entreteniéndolos con buenas palabras y con muestras de tener ardientes deseos de ser cristianos, intentaron sorprenderlos á traición, quitarles las vidas, así á ellos como á los indios cristianos que los conducían, y pegando fuego al barco, robar y aprovecharse de la clavazón de hierro; mas frustrado su impío designio por aviso secreto de algunos menos inhumanos que había entre ellos; y sin embargo, tuvo osadía para salir al descubierto contra ellos en sus ligerísimas canoas un cuerpo de doscientos indios, que, como más abajo veremos, lograron al fin cogerlos desprevenidos y matarlos á traición.

Habia grandes escuelas ó gremios de francos-mazoneros, que conservando todos los secretos y tradiciones del arte gótico, erigian con admirable presteza, solidez y elegancia de proporciones, aquellos arcos ojivos y aquellas elevadas bóvedas de piedras ligerísimas y sabiamente cortadas, que tendian sobre los robustos nervios de las aristas como una lona sobre una armadura de hierro; habia canteros y carpinteros familiarizados con todas las dificultades del trazado geométrico, perfectamente entendidos en las mas complicadas secciones de planos; escultores que con gran primor recortaban la piedra y cubrian de hojas, enramadas, pájaros y figuras caprichosas las cenefas, las franjas, los doseletes y marquesinas, las repisas, los capiteles, las gárgolas; imagineros que esculpian bellamente figuras de santos para las andanas de las portadas, los frontoncillos y las hornacinas; plomeros y pizarreros expertos en el modo de cubrir las armaduras; pintores en vidrio que habian mejorado este precioso procedimiento; pero cada oficio obraba segun sus aspiraciones y su amor propio, y faltaba en las construcciones el agente principal de la idea artística en globo, el que habia de dar unidad y armonía al pensamiento arquitectónico.

Me han puesto al frente de este pelotón de buenos muchachos; ¿quieres venirte con nosotros? Diciendo esto, señaló a los esclarecidos varones que le seguían, los cuales, o yo me engaño mucho, o eran la flor y nata de Ibros, Sierra de Cazorla y Despeñaperros, todos gente de ligerísimas piernas y manos. Dile las gracias por el ofrecimiento, y seguí mi camino.

Aferrándose desesperadamente á las plantas silvestres que crecían en las hendiduras de las rocas, poniendo los pies en ligerísimas depresiones del inclinado plano, ó en piedras que con frecuencia se desprendían y amenazaban arrastrarlo consigo, expuesto á morir diez veces, llegó por fin á terreno firme y saltando de roca en roca ó corriendo entre los matorrales, se vió sano y salvo en la planicie que desde arriba le había mostrado el barón y donde pacían algunos caballos.

Allí que cobró aliento la fama de la Gitanilla, y de común consentimiento de los diputados de la fiesta, desde luego le señalaron el premio y joya de la mejor danza; y cuando llegaron a hacerla en la iglesia de Santa María, delante de la imagen de Santa Ana, después de haber bailado todas, tomó Preciosa unas sonajas, al son de las cuales, dando en redondo largas y ligerísimas vueltas, cantó #un# romance.

Iba a la redacción el primero y salía el último; sus artículos, llenos de cordura, de sensatez, de prudencia, daban vuelta siempre a los asuntos sin entrar en ellos; el general encontraba esto más conforme con las reglas de la estrategia, que el apoderarse del asunto «descubriendo el cuerpoAdemás, tenían la incalculable ventaja de que comenzaban y terminaban constantemente del mismo modo, con ligerísimas variantes.

Palabra del Dia

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