Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 21 de mayo de 2025
Era ya Sevilla teatro demasiado estrecho para las miras ambiciosas y para la sed de aplausos que devoraban el corazón de María. El duque, además, obligado a restituirse a la capital, deseaba presentar en ella aquel portento, cuya fama le había precedido. Pepe Vera, por otra parte, ajustado para lidiar en la plaza de Madrid, exigió de María que hiciese el viaje. Así sucedió, en efecto.
Cuando éste comenzaba a lidiar en las capeas, ya era él banderillero en cuadrillas de cartel y había venido de América, luego de matar toros en la plaza de Lima. Al comenzar su carrera gozó de cierta popularidad, por ser joven y ágil.
Por no exponerse á tener que lidiar con la justicia, y con el hipo que tenia de ver á la verdadera Cunegunda, Candido, por consejo de Maitin, ofreció al alguacil tres diamantillos de tres mil duros cada uno.
Según asiento de los libros de Mayordomazgo del Archivo municipal, fecha de 20 de Mayo de 1405, se mandó al Mayordomo Juan Martín «que comprase ciertos toros para lidiar,» y el 10 de Noviembre se pagaron «á Miguel André, vecino de las Cabezas de San Juan, cuatrocientos é cinquenta maravedis que ha de aver por apreciacion que fué fecho por juramento que tomaron por un toro que traxeron aquí á Sevilla para lidiar por las alegrías que Sevilla mandó fazer por el nacimiento de nuestro señor el infante don Juan, fijo del Rey don Enrique, nuestro señor, que Dios mantenga.»
En algunos pocos se hubo de lidiar con los errores, siendo tan fácil el convencerlos, cuan difícil el hacerles confesar que lo estaban. Pero en fin, obrando la razón, y la gracia a lo que se puede creer, todos confesaron sus engañosos delirios, exceptos solos dos que quisieron estar pertinaces.
Nada de lidiar con los chicos.... Desde el día primero voy a descansar.... ¡Ya los niños me tienen hasta aquí! ¡Para eso Angelina!... ¡Lo mismo que para cuidar de un enfermo!... Ya te lo he dicho, Rorró; si Angelina no se casa ha de parar en hermana de la Caridad. ¡Tiene vocación, hijo, tiene vocación! El otro día se lo dije al P. Solís, y me contestó: «¡Tiene usted razón!»
Por algo él y los otros espadas ponían en sus contratas mil pesetas más cuando habían de lidiar este ganado. Siguió vagando por la habitación con paso nervioso. Deteníase para contemplar estúpidamente objetos conocidos que pertenecían a su equipaje, y después se dejaba caer en un sillón, como si le acometiese repentina flojedad. Varias veces miró su reloj.
Pido disculpa al señor ministro por la irreverencia, pero cúmpleme repetirlo: su aire era el de un boticario, acostumbrado a lidiar con potingues y menjurges, y así eran los emplastos de sus decretos y las cataplasmas de sus discursos; o si no, también, el de un sacristán, hecho a soliviar los cepillos de su iglesia, y así usaba las uñas largas; pero, ¿el de un ministro? nequaquam.
Pero si todos aquellos señores me querían mucho... continuó D. Diego . Por la tarde, y luego que desperté de aquel largo sueño, me dijeron que si sabía yo lidiar un toro. Les dije que sí, y poniéndose muy contentos, me mandaron que diese al punto una corrida.
Maximiliano no le instaba a que comiera, pues aquella actitud de su mujer tomábala él por querencia de privaciones, por iniciación del aniquilamiento, o apetito de muerte y liberación. Doña Lupe, fatigada de lidiar con tanta insensatez de una y otra parte, se retiró, dejándoles solos y diciendo: «Haced lo que queráis. Allá os arregléis a vuestro gusto.
Palabra del Dia
Otros Mirando