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Actualizado: 3 de junio de 2025


¿El expediente número mil cuatro, letra P, sobre embargo de sueldo al vigilante Zacarías Machete?..., ¡un guardián que no le gusta pagar casa y que tiene unas costumbres que da vergüenza!... Figúrese usted que... Por orden del señor ministro, señora, esos expedientes dientes están reservados... Son tantos, que para firmarlos se necesita un mes entero...

Miró el sello; luego miró la letra del sobre... La conocía; despertaba en su memoria la misma impresión de un rostro amigo al que no podemos asociar un nombre. ¿De quién era?... El Capellanet, mientras tanto, daba explicaciones sobre este gran suceso. La carta la había traído el peatón a media mañana. Era del vapor-correo de Palma, llegado a Ibiza en la noche anterior.

D. TELL. Si nunca os tomó las manos, ¿Cómo puede ser que sea Matrimonio? SANCHO. Yo no trato De si es matrimonio o no; Aquesta carta me ha dado, Toda escrita de su letra. D. TELL. De cólera estoy temblando.

Hibbins, cuyas excentricidades, ó mejor dicho, locura, la llevaban á hacer lo que pocos de la población se hubieran atrevido á realizar, esto es: sostener una conversación, delante del público, con la portadora de la letra escarlata.

No se les podía tildar de avaros, pues en vivir bien, a su modo, gastaban con largueza; pero la palabra prójimo era para ellos letra muerta. Delataban su holgura la bien rellena cesta que su criada Severiana les traía de la compra, la costosa ropa que vestían, y algún viaje de veraneo que, aun hecho en tren botijo, era mirado por los vecinos como rasgo de insolente lujo.

Los papeles originales, juntamente con la letra escarlata, que diré de paso es una reliquia muy curiosa, están aún en mi poder, y se mostrarán á quienquiera que, incitado por el interés de esta narrativa, deseare verlos.

Era, en pequeña escala, una imagen viva de la agonía moral por que había pasado Ester durante tantas horas. Siguiendo de cerca al carcelero en aquella sombría morada, entró el individuo de aspecto singular cuya presencia en la multitud había causado tan honda impresión en la portadora de la letra escarlata.

«Tenéis un sobrino decía que acaba de llegar á Madrid; enviadle al momento á palacio. Tened en cuenta, que se trata de un negocio de Estado; que espere junto á la puerta de las Meninas, por la parte de adentro. Pero luego, luegoEsta carta no tenía firma. ¿Quién os ha dado esta carta, doña Verónica? No conozco la letra, no tiene firma. ¿Estáis de servicio? ¡Ay! ¡, señor!

En el patio de la casa ostentábase una magnífica fuente de piedra, a la que el vecindario acudía para proveerse de agua, tomando al pie de la letra el refrán de que agua y candela a nadie se niegan.

La letra escarlata no había llenado el objeto á que se la destinó. Ahora, sin embargo, su entrevista con el Reverendo Sr. Dimmesdale en la noche de la vigilia de éste, la había proporcionado nueva materia de reflexiones, presentándole en perspectiva un objeto digno de toda clase de esfuerzos y sacrificios para conseguirlo.

Palabra del Dia

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