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Actualizado: 3 de junio de 2025
Ester no trataba de adquirir más allá de lo necesario para su subsistencia, siendo ésta de la naturaleza más sencilla y ascética que pueda darse en lo que á ella se refería; y para su niña, alimentos muy sencillos si bien con abundancia. Los vestidos que usaba eran hechos de las telas más bastas y del color más sombrío, con un solo adorno, la letra escarlata que estaba condenada á llevar siempre.
El vulgo, que en aquellos rudos tiempos añadía siempre el elemento de lo grotesco á todo lo que hiriera su imaginación, había inventado una historia acerca de la letra escarlata, que fácilmente podríamos convertir en una terrible leyenda.
Sí, amiga mía el Magistral reía al decir esto lo que usted necesita, para calmar esa sed de amor infinito... es ser beata. Y ahora soy yo el que exige que usted me comprenda, y no me tome la letra y deje el espíritu.
-Así es como el señor gobernador dice -dijo el mensajero-; y cuanto a la entereza y entendimiento del caso, no hay más que pedir ni que dudar. -Digo yo, pues, agora -replicó Sancho- que deste hombre aquella parte que juró verdad la dejen pasar, y la que dijo mentira la ahorquen, y desta manera se cumplirá al pie de la letra la condición del pasaje.
Y como si hubiera un maleficio en la triste letra, desapareció su hermosura y todo lo que en ella había de femenino, á manera de rayo de sol que se desvanece, y como si una sombra se hubiera extendido sobre todo su sér. Efectuado el terrible cambio, extendió la mano á Perla.
Tomad la posta, y tanto dure vuestro viaje como la música y letra de vuestro amo. Y esto diciéndole, y pasándole la mano por la boca, como si le pusiese algo en ella, y después inclinándose a su oreja como para encomendarle alguna cosa, lo dejó ir, agarrándose él a la vihuela, la que, rasgueando diestramente, cantó con ella.
Nada, madre; he dicho todo lo que sé, respondió Perla con mayor seriedad de la que le era habitual. Pregúntale á ese viejo con quien has estado hablando. Tal vez él te lo pueda decir. Pero dime, mi querida madre, ¿qué significa esa letra escarlata? ¿Y por qué la llevas tú en el pecho? ¿Y por qué el ministro se lleva la mano al corazón?
¡El número no lo sé... pero si usted me hiciera el obsequio de buscar por la letra!... ¡Hay una enormidad de expedientes, señora, y me es imposible echarme a buscar entre ellos el suyo... así... sin dato ninguno!... ¡Le agradecería, señor, que me lo buscara: es un favor!... Fue presentado en noviembre...
¿Y por qué? ¿Acaso me vendréis á decir, á quererme hacer creer que la señora María y vos no tenéis mil y quinientos doblones? La dificultad no es el dinero, sino la seguridad de él; nosotros no conocemos la letra de la reina, y vos... Yo no la conozco tampoco. Señor Francisco, vos sois más en palacio que cocinero del rey. ¡Y bien! ¿Qué? no quiero meterme en este negocio.
La letra escarlata era su pasaporte para entrar en regiones á que otras mujeres no osaban acercarse. La Vergüenza, la Desesperación, la Soledad: tales habían sido sus maestras; rudas y severas, pero que la habían hecho fuerte, aunque induciéndola al error.
Palabra del Dia
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