Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 3 de junio de 2025


De noche, la luz rojiza de los quinqués mantenía en agresivo insomnio á estas nubes de insectos. Eran moscas lentas, tenaces, de una torpeza pegajosa. Caían en los platos y en los vasos, nadaban en las salsas y las bebidas alcohólicas. Al abrirse las bocas, se metían inmediatamente en sus cavidades; cosquilleaban las orejas, se introducían por los orificios de las narices.

Si Mauricio no acudía; ¿cómo conseguir reunirse con él? ¿Quién los aproximaría? ¿Quién disiparía todos aquellos errores interesados? ¿Cómo caerían los obstáculos acumulados por voluntades hostiles? Una gran tristeza se apoderó de ella y rodaron sobre su cara gruesas lágrimas, lentas y amargas. Era cerca de media noche cuando subieron Clementina y Bobart.

La escribanía, de tamaño colosal, con dos caballos metálicos, tenía el tintero blanco y limpio. Los vistosos palilleros, rematados por cabezas de perro, carecían de plumas. El grande hombre no necesitaba escribir. Don José, su apoderado, corría con todos los contratos y demás documentos profesionales, y él echaba las firmas, lentas y complicadas, en una mesilla del club de la calle de las Sierpes.

Así encontraremos el hogar propio más agradable que los salones y las tertulias. Fidias, que además de un escultor excelso, era un espíritu filosófico, hizo una vez la estatua de Venus sobre una tortuga, queriendo indicar a las mujeres de su pueblo que debían ser lentas para salir de casa.

El alcohol y las atroces caídas en el redondel le mantenían en perpetuo aturdimiento, como si la cabeza le zumbase, no permitiéndole mas que lentas palabras y una visión turbia de las cosas. Ordenó también al Nacional que fuese con ellos: uno más, y de discreción a toda prueba. El banderillero obedeció por subordinación, pero rezongando al saber que iba con ellos doña Sol.

Las olas se elevaban lentas y mansas sobre los escasos centímetros de la borda, como si quisieran contemplar con sus ojos glaucos este amasijo de cuerpos blancos y obscuros. Remaban los náufragos con nerviosa desesperación; luego yacían inertes, reconociendo la ineficacia de su esfuerzo perdido en la inmensidad. El piloto, al adormecerse en la dura popa, acababa por sonreír con los ojos cerrados.

La duquesa, con acento profundo y unción de responso, pronunció lentas palabras, como si meditase en alta voz: El duque no volverá a encontrar un servidor político tan humilde y, al propio tiempo, tan osado.

Y el anciano torna a mover la cabeza y exclama: La agonía de la muerte... Y sus palabras, lentas, tristes, en este pueblo sin agua, sin árboles, con las puertas y las ventanas cerradas, ruinoso, vetusto, parecen una sentencia irremediable. He visitado la casa en que, viejo, perseguido, amargado, expiró Quevedo.

Cada país tiene el Gobierno que merece, y aquí no puede gobernar más que un hombre que esté siempre con una estaca en la mano». Por gradaciones lentas, Juanito llegó a defender con calor la idea alfonsina. «Por Dios, hijo decía D. Baldomero con inocencia , si eso no puede ser» y sacaba a relucir los jamases de Prim.

No hay campo; no hay esa atmósfera callada, esas brisas sonoras y lentas, ese genio de Italia y de España que nos inspira el olvido del mundo, para hacernos mejores y más felices hablándonos de parte de la naturaleza, trayendo á nuestras esperanzas un saludo de ese espíritu universal que adoramos en nuestra conciencia y en nuestro corazon.

Palabra del Dia

irrascible

Otros Mirando