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Actualizado: 7 de junio de 2025
Gonzalo, después de un rato de conversación en voz baja con su novia, se levantó, dió tres o cuatro vueltas por la sala, y vino a sentarse al lado de Venturita, con la cual solía tener jarana. Gustaban ambos de embromarse y retozar después que había nacido la confianza. La niña estaba dibujando unas letras para bordar. No vengas a hacer burla, Gonzalo.
D. Nemesio y yo quedamos petrificados y nos dirigimos una mirada de angustia sin contestar al saludo. Buen día, ¿eh?... ¿Se ha tomado chocolate, por lo que veo?... Nosotros nos hemos desayunado a la catalana... Vienen ahí unos paisanos, del mismo Reus, ¿sabe? y vinimos de jarana y de broma... Tomamos unas copitas de ojén, y luego una butifarrita.
Era menester, para alegrarla, que todos los días hubiese jarana, giras de campo, mascaradas, etc., y que ella bailase sin cesar hasta caer rendida como una zagala de quince años: necesitaba menudear las entrevistas secretas con su amante a las horas más extraordinarias y en las ocasiones más impensadas.
El pobre Mendoza no hacía en clase nada que no fuese tuerto; en todo hallaba motivos el cura para soltar una cuchufleta o un sarcasmo que hacía prorrumpir en carcajadas a los alumnos: cuando le sacaba al medio para traducir, ya sabían todos que había jarana para rato.
Pero, señores, si La Libre Hermandad ha cantado ya la palinodia; si desde que ingresamos en ella nosotras, se acabó lo de la libertad y toda esa jarana.... Tiene razón se atrevió a decir el Obispo, a quien todavía engañaba el aturdimiento postizo de la del Banco ; tiene razón esa loquilla....
Con decir que la jarana era de las llamadas de cascabel gordo, ahorro gasto de tinta. La zamacueca o mozamala es un bailecito de mi tierra y que, nacido en Lima, no ha podido aclimatarse en otros pueblos. Para bailarlo bien es indispensable una limeña con mucha sal y mucho rejo.
¡Este es el triunfo, madre, Dame la muerte, Dámela despacito, No me atormente! Y así siguió toda la noche la jarana, mientras la caña circulaba y los corazones anhelosos se buscaban, tratando de fundir en una sola todas sus aspiraciones.
No ha de haber nada de eso-exclamó el bullicioso párroco . Mañana por la mañanita nos lo llevamos con nosotros.... Se vuelve de allá pasado mañana temprano. Toda resistencia hubiera sido inútil, y más en tal momento, cuando la jarana crecía y el vino menguaba en los jarros. Julián sabía que aquella gente maleante y retozona era capaz de llevarlo por fuerza, si se negaba a ir de grado.
Mira, Gil, no te andes con procesiones, que es cosa que no me gusta. ¿Con que vienes á Chamartín? Sí: bueno es que nos vayamos allá, porque hoy hay jarana en Madrid, y se me antoja que habrá tiros por esas calles. ¡Jesús; y Santa Librada! ¡Otra jarana! dijo la vizcaína con el rostro descompuesto y mudado de color. Pero ¿qué hay? Ahí es nada.
El motivo de haber dicho esto la chiquilla con relativo juicio y serenidad, fue que se oyeron los pasos de doña Lupe, y su voz temerosa: «Mira, Papitos, que voy allá...». Tía, venga usted... Está de jarana... ¡Acusón! le dijo por lo bajo la chicuela al coger la lámpara , feón.
Palabra del Dia
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