Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 27 de junio de 2025
Según su opinión, esos poetas modernos no quieren convencerse de que, para imitar á los antiguos, han de adornar sus escritos con sentencias morales y con enseñanzas para la vida, deberes de los más propios del buen autor cómico, aunque su objeto principal sea mover la risa; al contrario, los escritores de comedias hacen escaso alarde de su buen gusto, y demuestran lo limitado de su instrucción literaria, desenvolviendo sus planes sin orden ni regla alguna y sin otra norma que su capricho, y siendo ésta la causa de que, gentes que apenas saben leer, como el sastre de Toledo, el pañero de Sevilla y otros estúpidos é ignorantes personajes del mismo jaez, se atrevan á escribir comedias.
-Pues, ¿qué más tengo de ver -dijo Sancho- que lo que he visto? ¡Bien estás en el cuento! -respondió don Quijote-. Ahora me falta rasgar las vestiduras, esparcir las armas y darme de calabazadas por estas peñas, con otras cosas deste jaez que te han de admirar.
Julita R *, una jovencita muy linda, que tampoco inspiraba simpatías a la altiva dama, había sido arrojada de casa de los señores de M * por haberla hallado encerrada en el cuarto del primogénito, un chico de quince años". Estas y otras noticias del mismo jaez dejábalas caer el gallardo mancebo de sus labios con cierta displicencia cómica que despertaba el buen humor de la bella.
Biarritz era demasiado pequeño para permanecer oculto y evitar embarazosos encuentros con los emigrados alfonsinos y carlistas que, desde mucho tiempo antes, poblaban todos los contornos, y los hombres políticos y medrosos de todo jaez con que la caída de don Amadeo y la proclamación de la República engrosaban en aquellos mismos días el número de españoles dispersos.
Parece que á principios del siglo XVIII no se bailaban ya La Zarabanda, La Chacona y demás bailes de este jaez, puesto que cada día se hace de ellos mención menos frecuente. Verdad es que otra danza parecida, aunque menos libre y licenciosa que aquéllas, duraba siempre en los campos y se perfeccionaba insensiblemente, para ocupar luego en el teatro el lugar de las que la precedieron.
-Así es -dijo el duque-; pero hame de dar licencia el señor don Quijote para que diga lo que me fuerza a decir la historia que de sus hazañas he leído, de donde se infiere que, puesto que se conceda que hay Dulcinea, en el Toboso o fuera dél, y que sea hermosa en el sumo grado que vuesa merced nos la pinta, en lo de la alteza del linaje no corre parejas con las Orianas, con las Alastrajareas, con las Madásimas, ni con otras deste jaez, de quien están llenas las historias que vuesa merced bien sabe.
El pretendiente traía su uniforme de Marina, en cuyo honroso Cuerpo servía; pero a pesar de tan elegante jaez, su facha era muy poco agradable. Así debió parecerle a mi amita, pues desde un principio mostró repugnancia hacia aquella boda. Su madre trataba de convencerla, pero inútilmente, y le hacía la más acabada pintura de las buenas prendas del novio, de su alto linaje y grandes riquezas.
Alguna vez la interrumpía con frases del mismo jaez que las que la doméstica usaba, en más de una ocasión, acompañadas de interjecciones que aquélla no se atrevía a pronunciar. Contaba que el día anterior había tropezado en la calle con Moratini, y que el famoso torero le había dicho al pasar: "Recuerdos a tu ama". Al mismo tiempo la maligna doncella miraba de reojo al duque.
Amparo protestó: ella no entraba por cosas de ese jaez; quería poder enseñar la cara en cualquier parte; quería, como dijeron los señores de la Unión, moral y honradez ante todo. ¿Si pensarás tú replicó Ana viperinamente que el de Sobrado venía a casarse contigo? ¿El de Sobrado? ¿Y qué tengo yo que ver con el de Sobrado?
Y, después que hubo tomado los votos de aquellos que a don Quijote conocían, dijo en alta voz: -El caso es, buen hombre, que ya yo estoy cansado de tomar tantos pareceres, porque veo que a ninguno pregunto lo que deseo saber que no me diga que es disparate el decir que ésta sea albarda de jumento, sino jaez de caballo, y aun de caballo castizo; y así, habréis de tener paciencia, porque, a vuestro pesar y al de vuestro asno, éste es jaez y no albarda, y vos habéis alegado y probado muy mal de vuestra parte.
Palabra del Dia
Otros Mirando