Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 27 de junio de 2025


Sus frutas atraen por su perfume exquisito, sus flores embalsaman la atmósfera, y su sombra, fresca y aromática, invita al reposo, como las sirenas fascinaban a los vagabundos de la Odisea. Los animales, especialmente las cabras, resisten rara vez a esa dulce y enervante atracción, se acogen al suave cariño de sus hojas tupidas y comen del fruto embalsamado.

Cada cual de ellas invita a «sus relaciones», y nadie tiene derecho a quejarse si no es invitado ni «relación» de la casa.

Después dirige la muerte una exhortación á todos los mortales, y un predicador los excita á vivir con arreglo á los preceptos de la virtud; luego invita otra vez la muerte á los hijos de la tierra á la danza inevitable, y comienza ésta con dos mujeres. Al concluir expresan los mortales su devoción y piadosos propósitos.

A unos 2 kilómetros de Küssnach, en direccion al lago de Zug, nos bajamos del coche para hacer una corta visita á una curiosa capilla, reedificada muchas veces, que conmemora un hecho decisivo de Guillermo Tell. Pequeñita y muy léjos de ser monumental, la capilla tiene cierta gracia rústica que invita al viajero á visitar el interior.

No sólo hacía falta un marido para asegurar la dicha eterna, sino que ese marido era igualmente necesario para ser admitida al derecho de vivir, implicado en el de poseer. Cuando, por el mayor de los azares, se encuentra en la antigüedad una mujer honrada sin casar, la trompeta de la fama invita a la posteridad a guardar la memoria de un hecho tan sorprendente.

D. Salustiano las juega y las pierde. Entonces su rostro se anima de nuevo. ¿Ha visto usted? me dice . Lo de la fila había sido una casualidad que no demuestra nada. Indudablemente, no hay posibilidad de ganar nunca a la ruleta. Y cogiendo cinco duros, los tira sobre la mesa: Para los empleados... Cada vez que un bilbaíno me invita a comer, me parece que me da a comer hierro.

Pero decía: «...Le espero con unos amigos de Palomares que quieren visitar la catedral acompañados de una persona inteligente... etc., etc.». Don Saturno se puso colorado como si estuviera en ridículo delante de una asamblea. Y añadió: ¡Bien sabe Dios que siento la profanación a que se me invita!

Después de un silencio, Ignacio replicó: Yo no los he entendido bien, te repito... No te enojes, que no vale la pena... Mejor es que por ahora no me hables más del asunto, que ya lo comprenderás... Mi hermano Adolfo ha hecho lo posible para servirte, y me pide que le disculpes la mediana instalación del hotel... Te invita para esta tarde... Siempre comerás en casa... Y aprovecharemos hoy bien el tiempo, porque en los alrededores abundan perdices y palomas del monte... Vuelvo a casa y dentro de media hora vengo a buscarte. ¡Hasta luego!

Enrique llega á España mientras tanto, y se casa con Isabel, hija del conde de Barcelona. Han transcurrido muchos años desde que abandonó la Irlanda; el deseo de ver de nuevo á su patria no lo deja sosegar, y al fin se encamina á ella con su esposa é hijos. Apenas sabe el Rey su llegada, lo invita á verlo, y le dice: REY.

Venid conmigo, y los dos Esperemos este día. Los dos juntos prosiguen entonces su peregrinación, y llegan á un palacio soberbiamente iluminado, dentro del cual se oye plácida harmonía. En él reina la locura del mundo. Alegre muchedumbre rodea á los extranjeros cantando y bailando, y los invita á entrar en el palacio.

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando