Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 14 de junio de 2025
Al día siguiente despertó con una alegría exaltada, á la que sucedía bruscamente una tristeza sin igual. Su aturdimiento tomaba fases muy diversas tan pronto se veía atacado de un apetito insaciable de verbosidad que no podía contener; tan pronto hacía esfuerzos inauditos para pronunciar una palabra, sin llegar á conseguirlo.
¿Y tú? ¿Te han reconocido en la aldea? pregunta Franz, cuya insaciable curiosidad se dirige entonces al suelo natal. ¡Nadie! dice Juan echándose a reír y retorciendo el bigote, cuyas puntas insolentes amenazan al cielo. ¿Y en casa? Juan toma entonces una expresión seria y tiende la mano a su camarada. ¡Ah sí!... todavía tienes que ir allá. Eso debe hacerte tictac ahí dentro.
Su fanatismo sombrío y su sed insaciable de mando contribuyeron á que se perdiese una de las joyas más preciosas de su corona, y la destrucción de la armada invencible anunció ya las próximas y graves humillaciones, que amenazaban al poder español. En lo interior acabó con los últimos restos de la libertad política, destruyendo la constitución aragonesa.
Por la noche, cuando don Ramón, rendido por la lucha con el insaciable demonio que le arañaba las entrañas, roncaba dolorosamente con un estertor que silbaba en sus pulmones y un reguero de baba en los tristes bigotes, doña Bernarda, incorporada en la cama, los flacos brazos sobre el pecho, le miraba ceñuda, con unos ojos que parecían apuñalarle y rogaba mentalmente: ¡Señor! ¡Dios mío! ¡Que se muera pronto este hombre! ¡Que acabe tanto asco!
Ningún otro drama trágico de Rojas iguala por su mérito á García del Castañar. Ha escrito algunos, sin embargo, que por muchas razones merecen fijar nuestra atención. En la primera jornada del drama de Rojas se nos presenta el rey de Hungría, reconviniendo á su hijo, el príncipe Rugero, por sus costumbres licenciosas y por su ambición insaciable.
Habían vivido un año en su castillo, en plena campiña rusa con la fastuosidad del boyardo, paseando su amor fresco, insaciable y sin cesar renovado, por entre los embrutecidos mujiks que contemplaban a aquella mujer hermosa, envuelta en pieles blancas y azules, con la misma devoción que si fuese una virgen despegada del fondo dorado del icona.
En 1826 Bolívar pedía aún una coalición americana contra el Brasil, más aún, la ofrecía... con tal que se le diera el mando supremo. San Martín quedaba silencioso en Boulogne. Insaciable el uno, por temperamento, por vibración intelectual, por el correr violento de la sangre; frío, sereno, reposado el otro, por la glacial y predominante fuerza de la razón.
Mas como el interés no tiene freno, ni gobierno, ni leyes con que regularse, algunos que tenían una insaciable codicia de enriquecer, empezaron á cargar de modo á los nuevos súbditos, que eran insufribles á su pobreza; y no satisfechos con eso, les quitaban los hijos á las madres para servirse de ellos; por lo cual, amotinándose algunos indios, se rescataron y libraron de aquellos maltratamientos, con muerte de sus señores; y de allí á poco fué común el motín en todos los indios, hasta que por orden del virrey del Perú, D. Francisco de Toledo, se mudaron á otra parte los españoles, fabricando la ciudad de San Lorenzo, cabeza de la provincia de Santa Cruz, cincuenta leguas más al Occidente.
A su vez las exacciones del fisco romano, centuplicadas por la avaricia insaciable de los publicanos, habían destruido in situ la fuerza del imperio, desde mucho antes de las invasiones de los bárbaros, y las explotaciones de la avaricia sacerdotal, reforzada por el Santo Oficio y los jesuítas, y admirablemente secundada por la imbecilidad de los reyes y de los ministros fanáticos, que expulsaron a los judíos y a los moros para hacer la unanimidad católica, convirtiendo al habitante en siervo de la Iglesia y a los 3|5 del territorio fértil en bienes de mano muerta, aniquilaron tan radicalmente la energía humana del imperio en que no se ponía el sol, que, sin empujones de afuera, se cayó de decadencia espontánea por debilidad intrínseca, como se están cayendo los pueblos musulmanes del presente.
Tu extraordinaria bondad, tus nobles prendas, tu seductora belleza, que ha de cautivar los corazones y encender el más puro amor en cuantos te traten, asegúrante un porvenir risueño. Yo te juro que te querré mientras viva, ciego o con vista, y que estoy dispuesto a jurarte delante de Dios un amor grande, insaciable, eterno. ¿No me dices nada?
Palabra del Dia
Otros Mirando