Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 1 de junio de 2025
En contra de tan injusta acusación me toca decir que ni Clara, ni Lucía, en El Comendador Mendoza, ni menos aún Irene, en El Doctor Faustino, carecen de todas aquellas prendas y requisitos que pueden y deben hacer de la mujer una criatura angelical.
Mas entre esta descreida Gente y maldito lugar, No piden para sanar, Mas para quitar la vida. Hoy en poder de sayones He visto al siervo de Dios No solamente entre dos, Pero entre dos mil ladrones. Iba el sacerdote justo, Entre injusta gente puesto, Marchito y humilde el gesto, A morir por Dios con gusto.
Al Capellanet le faltó poco para arrodillarse ante Valls. ¡Y aún dicen en Palma si los chuetas son malos!... Bien se conocía que eran mallorquines los que hablaban: ¡gente injusta y orgullosa!... El capitán era un santo. Gracias a él, ya no iría al Seminario. Sería payés; Can Mallorquí quedaba para él.
Tal vez había sido providencial aquella aventura de la barca de Trébol. Si al principio, por ser tan niña, no había sacado ninguna enseñanza de aquella injusta persecución de la calumnia, más adelante, gracias a ella, aprendió a guardar las apariencias; supo, recordando lo pasado, que para el mundo no hay más virtud que la ostensible y aparatosa.
No se condene, pues, a D. Luis porque empezase contestando tonterías. Su queja de Vd. es injusta dijo . He estado aquí a despedirme de Vd. con mi padre, y, como no tuvimos el gusto de que Vd. nos recibiese, dejamos tarjetas. Nos dijeron que estaba Vd. algo delicada de salud, y todos los días hemos enviado recado para saber de Vd.
No obstante, el juicio que he formado de la joven Eudoxia después de un cuarto de hora de conversación vaga, de relaciones insignificantes, en medio de las conveniencias embarazosas y del temor de una primera visita, podría ser también el efecto de una prevención mal fundada. ¡Soy tan propenso a dejarme sorprender por no sé qué apariencias de simpatía ridícula o de antipatía injusta! pero yo ahora te hablo con arreglo a mi pensamiento.
Pensó lo siguiente: «En todo soy desgraciado, hasta la Providencia es injusta conmigo; me castiga cuando no lo merezco: cien veces habré olido a polvos de arroz, y nada... y hoy... hoy que no hay de qué... hoy que no lo he...». De repente, se acordó de Mochi, de su abrazo y de que, en efecto, las lágrimas de borracho con que le había mojado, le olían a polvos de arroz. «¡Malditísimo marica! pensó ; fue él, el sobón del tenor Mochi.... y ahora, ¡qué conflicto!, ¡qué tormenta!
Mi deber era, pues, callar; hacer lo menos amarga posible la vida de este débil y dulce compañero que el cielo me ha dado, disimular, ocultar, hasta donde cabe... mi falta de amor... mi injusta, impía, irracional, involuntaria falta de estimación. Así se explican el engaño y la persistencia en el engaño; pero la vileza del hurto no cabe en mí.
»Amigos míos les dije, luego que tomaron asiento; recordarán que hace siete años, en igual época, éramos muy desgraciados; era el día que Carlos se separó de nosotros. »Sí, sí exclamó Carlos; día espantoso, día horrible. »Del que la suerte nos debe indemnizar proseguí diciendo; porque hasta el presente ha sido muy cruel para conmigo, y yo, Carlos, muy injusta para ti.
Oye, Adán: ya que no tienes nada que hacer, podías entretenerte poniendo la mesa. Otras veces Eva se mostraba injusta y cruel. Adán, lávame los platos. Es una vergüenza que estés ahí, mano sobre mano, mientras yo me mato de trabajar. Pero en ciertas ocasiones tomaba el tono de una súplica dulce y acariciante.
Palabra del Dia
Otros Mirando