Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 30 de junio de 2025
Si la Inglaterra entera hubiese podido caber en el corazon de aquel hombre, la Inglaterra entera se hubiese quemado. Del fuego que ardia en aquel corazon, brotó una chispa, y esa chispa quemó una página de la historia del pueblo inglés. Napoleon es una página quemada de aquella historia.
Aquella noche, en el Club Inglés, jugando a la baraja con otras personas importantes, su excelencia dijo entre dos bazas: Tengo en mi departamento un empleado a quien le gustan las negras. Pásmense ustedes. ¡Un simple escribiente!
Al volver a casa la onda, venía radicalmente desfigurada: en el paso por Albión habíanle arrebatado la socarronería española, que fácilmente convirtieron en humour inglés las manos hábiles de Fielding, Dickens y Thackeray, y despojado de aquella característica elemental, el naturalismo cambió de fisonomía en manos francesas: lo que perdió en gracia y donosura, lo ganó en fuerza analítica y en extensión, aplicándose a estados psicológicos que no encajan fácilmente en la forma picaresca.
Tenía entonces catorce años y era ya un portento de hermosura, mezcla dichosa del tipo inglés correcto y delicado y de la belleza severa de la mujer valenciana. Su tez guardaba los reflejos suaves, nacarados de la raza sajona. En su mirada azul y sombría había la misma profundidad y misterio que en los ojos negros de las valencianas.
De lo contrario, ¡por la cruz de Gestas!... Si no sabe hablar inglés sabe combatir mejor que muchos ingleses, que pasaban la vida atiborrándose de jugosa carne y buena cerveza mientras él daba y recibía mandobles bajo los muros de París! Tan enérgicas palabras, dichas por aquel nervudo mocetón, desalentaron á los gruñones, que desde aquel punto y hora hablaron menos y bebieron más.
Saltó el Ingles en tierra, y al poblado llegó con furia cruel y repentina; Y como le ha hallado despoblado, Con su rábia diabolica y maligna A una Santa Cruz ha escopetado, Robando lo que halla allí, camina. El piloto quedó allí abscondido, Que al alto con los nuestros se ha subido. Arana, que venia muy pujante Con dos fuertes y bellos galeones, Con una veloz lancha de delante, Allega á Manta.
¡Usted siempre tan inglés, tan inglés! pronunció sin turbación ni encogimiento el mancebo . Mire usted; ya sabe usted que soy franco, franco; en Madrid andábamos cada cual a nuestro negocio y a nuestro gusto; pero en el extranjero, en el extranjero agrada encontrar paisanos. En fin, dispense usted; dispense usted; veo que vine a molestarle; lo siento por la señora....
Sus restantes palabras no pudieron entenderse, y cinco minutos después estaba muerto. El parisiense había adivinado la verdad; es imposible dar cuenta de las maldiciones de que Kernok y demás cofrades fueron objeto. Un herido inglés, que conocía el francés, comunicó a sus compañeros el destino que les esperaba.
Tal vez la esposa de algún exportador francés o inglés de los que se establecían en la ciudad para la compra de la naranja. Y obligado por el aislamiento y la vulgaridad de su vida a una dolorosa continencia, devoraba con sus ojos los contornos de aquella mujer, el dorso soberbio, opulento y elegante que parecía desafiarla con su indiferencia.
En cada línea que venía del odiado país, en que había caído el catolicismo, se temía encontrar el contagio pestífero de la herejía . Si damos fe al testimonio de Velázquez, en el año de 1754 no existía aún en español libro alguno inglés, y, por consiguiente, era mucho más difícil que su literatura tuviese en la de España influencia alguna.
Palabra del Dia
Otros Mirando