Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 17 de mayo de 2025
La tierra, de puro labrada, abonada, removida, tenía no sé qué aspecto de decrepitud. Sus poderosos flancos parecían gemir, sudando una humedad viscosa y tibia, mientras en los linderos incultos, al borde del caminillo, quedaban aún rincones vírgenes, donde a placer crecían las bellas superfluidades campestres, las gramineas vaporosas, las florecillas multicolores, los agudos cardos.
Todas aquellas señoras querían hablar á un tiempo, todas tenían en su cabeza un mundo de pensamientos referentes á si habían salido ó no de casa el día anterior, á si habían traído el calzado fuerte por causa de la humedad, á si habían cenado primero que otras noches ó si estaban acatarradas ó no habían tenido humor para peinarse, etc., etc., que necesitaban echar fuera cuanto más antes y sin darse punto de descanso.
Apurada por volver a París, a sus visitas y a sus correrías por las tiendas, se quejaba de la humedad de la atmósfera, de la tristeza del paisaje, de la soledad, pues las villas se cerraban una a una y la única distracción mundana consistía, durante el mes de octubre, en concurrir a la estación del ferrocarril, a despedir a los que se marchaban.
Más bien parece la casuca de un aldeano, conociéndose únicamente su sagrado destino en la cruz que corona el tejadillo del pórtico. La impresión es de melancolía y humedad, el atrio herboso está a todas horas, aun a las meridianas, muy salpicado y como empapado de rocío.
¡Cuánto más viva todavía debe ser la admiración que por el agua siente el viajero que atraviesa el desierto de piedras ó de arena, y que ignora si tendrá la suerte de hallar un poco de humedad en algún pozo, cuyas paredes están formadas con huesos de camello!
Aun cuando se encuentra en la región seca, la ciudad goza de un clima agradable, rara vez alterado por las lluvias; pero en los meses de invierno hay en ella mucha niebla y humedad. El centro de Lima es la plaza Mayor, hacia la cual mira la catedral. Dicha plaza es una de las más interesantes de la América del Sur y por ella circula durante algunas horas del día el movimiento popular.
«¿Qué tienes, mujer?» le dijo Belén, alzándole a viva fuerza la cabeza. La pecadora no contestó nada; mas la otra pudo observar que su rostro estaba tan bañado en lágrimas como si le hubiesen echado por la frente un cubo de agua, y sus ojos encendidos y aquella grandísima humedad igualaban el rostro de Mauricia al de la Magdalena; así al menos lo vio Belén.
Los palos que sostenían los sombrajos estaban unidos por cuerdas, y pendientes de ellas se balanceaban uniformes de soldados, viejas levitas, pantalones roídos por el roce, sobrefaldas de gasa que habían sido de moda treinta años antes, sayas que olían a humedad y a polvo, delatando el olvido en los cofres de algún desván.
Para sus juegos no necesita de teatro, tablas, accesorios, ni auxiliar alguno, sino sólo de lo que aquí se ve. Reconozcan, señores, y examinen el terreno por sí mismos. Como es natural, fuimos a examinar aquello. Era el piso bajo usual, o sea el de los sótanos en los almacenes de San Francisco, asfaltado, para evitar la humedad.
Calor y frio, sequedad y humedad, á esto se reducen las impresiones que algunos cuerpos distantes pueden ejercer sobre el tacto; y claro es que las impresiones son de tal naturaleza que podrian dar lugar á numerosas y graves equivocaciones.
Palabra del Dia
Otros Mirando