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Actualizado: 2 de mayo de 2025
El doctor hijo del Padre de los Maestros había renunciado á su traje universitario é iba vestido como la esposa de un menestral. Así, gentleman dijo ella, como si adivinase sus pensamientos , es imposible que me reconozcan. ¿A quién se le puede ocurrir en nuestra República que una mujer vaya vestida de mujer?
Aun cuando consigais enviar diputados elegidos á vuestro gusto, ¿qué vais á hacer en ellas sino ahogaros entre tantas voces y sancionar con vuestra presencia los abusos y faltas que despues se cometan? Mientras menos derechos reconozcan en vosotros, más tendreis despues para sacudir el yugo y devolverles mal por mal.
Veo que sigues tan helado como antes. Sin embargo, el día está bueno. Pica el sol. Mi frío no es el frío de todo el mundo. Cien soles no lo destruirían.... abur. No, todavía no. Tengo que hacerte una advertencia. Es indispensable que te vuelvas loco, quiero decir, que mañana, cuando te reconozcan los médicos, hallen en ti síntomas de locura.
Y el segundo, el que se traslade toda la gente y guarnicion que hoy existe en la isla de Juan Fernandez, y se reuna en la plaza de Valdivia: pues siendo esta la llave de todo el reyno, á ella se debe aplicar todo el cuidado, y la mayor fuerza, siendo escusada la del presidio de Juan Fernandez, porque esta isla estará bastantemente guardada, siempre que se dé órden á los navios de la carrera que la reconozcan en los viages que hicieren de Valparaiso al Callao, y tengan cuidado de avisar, lo que en ella notasen, á este Superior Gobierno y al de Lima.
Para sus juegos no necesita de teatro, tablas, accesorios, ni auxiliar alguno, sino sólo de lo que aquí se ve. Reconozcan, señores, y examinen el terreno por sí mismos. Como es natural, fuimos a examinar aquello. Era el piso bajo usual, o sea el de los sótanos en los almacenes de San Francisco, asfaltado, para evitar la humedad.
La introducción de estos personajes no puede explicarse recordando las máscaras italianas, estables de suyo, aunque se reconozcan después sus ramificaciones en el drama español que le sucedió.
Y abriendo de un tirón el cajoncillo del secrétaire, mostró a Jacobo, desde lejos, un paquete de cuatro o cinco cartas, diciendo: A fe que la letra de Rosa Peñarrón y la tuya propia son lo bastante claras para que no necesiten en los tribunales de peritos que las reconozcan.
Intenta reconciliarse otra vez con ella, pero se presenta á la sazón su hija María, vestida de luto, y le anuncia la muerte prematura de su paciente madre. Enrique, profundamente afligido, baja la cabeza y se acusa de su pecado. Para enmendarlo en lo posible, promete á María casarla con Felipe II, rey de España. Convoca después el Parlamento, y hace que la reconozcan como heredera del trono.
Palabra del Dia
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