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Actualizado: 14 de julio de 2025
La señora se había puesto de pie, pálida como un cirio... y si sus piernas la hubieran obedecido, habría huído de aquella casa, donde nada tenía ya que hacer, puesto que su intención era otra bien distinta de la que la santita le prestaba: repugnábale pasar por más generosa de lo que, humanamente, se creía capaz... Y se oyó la vocecita fresca: ¡Es la tía Silda, mamá, es la tía Silda!
»También yo me casé andando los días, y tuve mujer buena, e hijos que el Señor me iba quitando a medida que me los daba. Con el último de ellos se llevó a su madre. ¡Bendita y alabada sea su divina voluntad, hasta en aquello con que humanamente nos agobia y atribula!
Junto á él y cogidos de sus manos, como un hermano afectuoso el uno, como un maestro y un padre el otro, están Manuel Cañete y D. Aureliano Fernandez-Guerra... Manuel Cañete, el poeta inspirado y elegante, el restaurador de nuestro primitivo teatro, el crítico á quien la fuerza, la violencia del amor á lo bello encarnado en su espíritu, le obliga hasta á ser cruel y despiadado con lo malo; Fernandez-Guerra, el sabio infatigable, el sabio poeta, á quien acusan de soñador en sus juicios los que no comprenden que, á veces, tiene que inventarse cosas que no sepa para estudiarlas, porque cuanto humanamente se puede saber está ya tan bien colocado en su cerebro como los libros en una biblioteca.
Y si al fin de la jornada resulta que no merece su primo los que ella le viene consagrando, tanto mejor para que lo conozca así y no la mate ni la alucine la pesadumbre... o el despecho del desengaño. Esto es jugar a pulso y con tino y delante de la cara de Dios; esto es, en suma, llevar las precauciones y el celo y el tacto hasta donde humanamente pueden llevarse.
Se ha ido hasta el fin del terreno conocido en nuestra limitada vida industrial, no retrocediendo sino cuando era humanamente imposible dar un paso más. La tristeza que produce el no haber llegado a la perfección se atenúa con la idea de haber puesto los cinco sentidos y los recursos todos en la empresa, y con la seguridad de que otros llegarían hasta donde hemos llegado: pero no más allá.
Amparo ni lo miró, tan ridículo le había parecido la víspera cuando entró llorando, trayéndolo medio arrastro su madre: Carmela fue la única que le habló humanamente, y le dijo el nombre de dos o tres cosas, que él preguntaba sin lograr más respuesta que bromas y embustes.
Nosotros avanzaremos mas: negaremos el hecho. Pero, aun suponiendo que esta anécdota sea invencion de algun apasionado de esas inocentes avecillas, que el vulgo cristiano mira y casi reverencia como piadosos auxiliares de la compasion del hombre hácia su Redentor clavado en la cruz y coronado de espinas, de todos modos podrá entenderse como fórmula de una gran verdad, á saber, que nunca las armas espirituales fueron desairadas por Dios en la creyente edad media cuando se emplearon en su honra y acatamiento, y que él mismo inspiró á sus vicegerentes en la tierra una confianza ciega en la asistencia divina para llevar á cabo obras que parecian humanamente imposibles, dándoles imperio no ya sobre los seres racionales, sino tambien sobre los irracionales y sobre la misma naturaleza inerte.
Deseaba volver la salud al Padre; pero conocía que su situación era desesperada, que sólo un milagro podía salvarle, y él no creía en milagros. Humanamente, entre tanto, hizo cuanto pudo y supo. No quiso sangrar al enfermo porque le encontraba débil en demasía, pero le dio los medicamentos más enérgicos y conocidos para estos casos.
Aplaudió de todas veras el proyecto, que satisfacía los deseos más ardientes de su corazón, y prometió hacer cuanto humanamente fuese posible por que tan hermoso sueño se realizase.
Mis dos jóvenes seguían sentados en sus sillas, tal cómo yo los había dejado; pero sus miradas aparecían fundidas, por decirlo así, una en la otra, con una expresión de ardor, de demencia, de desesperación, que yo no habría creído humanamente posible: eran dos llamas que se lanzaban una al encuentro de la otra. ¡Lucido estaba yo! ¿no es cierto?
Palabra del Dia
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