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Actualizado: 5 de junio de 2025
En la calle central se formaron numerosos grupos de hombres y mujeres, hablando acaloradamente, al mismo tiempo que miraban con hostilidad la casa que había sido de Pirovani. Los nombres de Torrebianca y su mujer sonaban tanto como los de los adversarios que se habían batido.
Lo decía en un tonillo irónico que demostraba la hostilidad secreta que el capellán sentía hacia todos los maridos. Las damas, en quienes los encantos de aquéllos no ejercían ya fascinación alguna, sonreían forzada y maliciosamente como diciendo: «¡Ya, ya!» Se murmuraba que había varias enamoradas de él.
Una declaración de hostilidad. Es una corteza de wai-waiga, o sea de un árbol venenoso, llamado por ellos árbol mortal. ¿Y ese pillo se atreve a presentarse solo? ¡Ah, tío; voy a agarrarlo de una oreja y a llevarle a bordo del junco! El joven iba a poner en práctica su amenaza; pero el Capitán le detuvo.
Al encontrar a Maltrana saludábalo invariablemente con el mismo ofrecimiento: «Le invito a que demos un paseo...». «Muchas gracias contestaba aquél ; es a lo único que usted convida.» Sentía Isidro contra este señor una hostilidad irresistible.
¡Ah! ¿Era de veras que se iba el señor?... La alegría del campesino fue tan grande y tan viva su sorpresa, que Jaime quedó indeciso. Le pareció ver en los ojillos del rústico, animados por el gozo de la noticia inesperada, cierta malicia. ¿Si creería aquel isleño que su repentino viaje era por huir de los enemigos?... Me voy dijo mirando a Pep con hostilidad , pero no sé cuándo.
Hace usted muy bien en defenderla.... Pero lo único claro en todo esto es que soy víctima de una hostilidad á la que en modo alguno he contribuído; que encuentro cerrada la puerta de esta casa y que si no tuviera la fortuna de hablar con usted.... Por encima de la tapia, ¡lo que está muy mal hecho!
Y el sacerdote, falto de apoyo, viendo la hostilidad por todos lados, dejaba para el día siguiente las resoluciones enérgicas, riñendo a su sobrina cuando ésta le echaba en cara su debilidad. El canónigo Obrero, de quien impetraba socorro, no quería turbar la calma beatífica de su existencia mezclándose en la rebelión de la gente menuda.
Por esta razón los jóvenes salvajes le miraban con hostilidad y afectaban tratarle con cierta familiaridad desdeñosa. Es evidente que no hay nada que moleste tanto a los salvajes como la Filosofía. Luego la superioridad intelectual, la gloria que rodeaba a Peñalver hería su orgullo. El no advertía este desdén. Tenía un carácter jovial, afectuoso, y sobre todo muy distraído.
El primer día que la vi le pregunté a D. Oscar, que iba conmigo: ¿Quién es esta joven? Tardó en contestar, y dijo al cabo con acento donde se traslucía sorda hostilidad: La hija de doña Tula. ¿Tiene más que ésta? No... Y es bastante. Me abstuve de insistir, porque el tono del enano era concluyente y revelaba mal humor.
Más de una vez he notado que el pacífico pescador no agradecía mi presencia que turbaba sus ritos casi religiosos; no volviendo hacia mí la cabeza ni haciendo un gesto de impaciencia, he comprendido no obstante, su hostilidad, y, temeroso de excitar su ira, he pasado por detrás de él, marchando sobre la hierba y conteniendo hasta el aliento.
Palabra del Dia
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