United States or Equatorial Guinea ? Vote for the TOP Country of the Week !


Franqueza por franqueza. , señor, me gusta Cristeta... A todos nos gustan las mujeres; ¿cree usted que no tengo yo también lo que necesito?... ... me gusta Cristeta; pero ¿y si fuera también verdad que deseo meterme a empresario? Como usted ve, mi casa es pequeña, necesito poner un cuarto, una oficina donde ultimar contratos, hacer ajustes, etc., y necesito un representante. ¿Quiere usted serlo?

No es posible afirmar de un modo terminante de quién partió tan salvadora idea, aunque no es aventurado el pensar que brotó en el cerebro malicioso de algún joven madrileño de los que gustan pescar, no en laguna tranquila, sino en río revuelto. Porque este género de excursiones es venero inagotable de riqueza para los mocitos aprovechados.

Las mujeres especialmente sólo tienen cuerda verbal para cinco minutos, y luego quedan mudas, mirándose unas a otras. Únicamente se animan cuando hay que «pelar» a alguien; pero éste es un fenómeno verbal no sólo de América, sino de todos los países del planeta. ; hablan poco dijo Maltrana . Gustan de escuchar, pero su capacidad auditiva es tal vez tan limitada como su capacidad verbal.

¿Por qué te perfumas? protestaba ella, como si percibiese los más repugnantes hedores . Es una cosa indigna de ti... Yo quiero que huelas a toro, que huelas a caballo... ¡Qué olores tan ricos! ¿No te gustan?... ¡Di que , Juanín, bestia de Dios, animal mío! Gallardo, una noche, en la dulce penumbra del dormitorio de doña Sol, sintió cierto miedo oyéndola hablar y viendo sus ojos.

, quiero ver esa fiesta, ser absorbida completamente por ese espectáculo brillante. ¡Dichosos ellos! ¡Bravo, joven! ¡qué ligereza! ¡qué gracia! ¡cómo me gustan el color de tu basquiña y las trenzas de tu moño! ¡qué bien hace esa flor azul en tus cabellos rubios! Pero te aproximas a tu pareja... ¡Guapo mozo! sus ojos te miran con amor... El también tenía una dulce mirada, pero...

Otras me camela pa que sea monja; pero monja de señorío, de las de gran dote, y me promete correr con todo el gasto. Pero yo digo que no: «Señora, no quiero ser santa; me gustan mucho los hombres...» Pero ¡Jesú! ¡qué barbariaes digo!

Por desgracia o por fortuna me sucede algo de muy singular. Las ciencias me gustan en razón inversa delas verdades que van demostrando con exactitud. Así es que apenas me interesan las ciencias exactas, y las inexactas me enamoran. De aquí mi inclinación a la filosofía.

Y ¿por qué no me lo ha dicho usted derechamente? Pues, hijo del alma, y franqueza por claridad, porque no me gustan santos a la fuerza; y para serlo de buena voluntad y de la clase que se necesitan aquí, no veía yo la mejor madera en ese pariente mío. ¿Lo quieres más neto?

¿No sabes, Manuel observó el pastor , que a don Federico no le gustan esas chanzas? Don Federico dijo Manuel, despidiéndose de los novios, que seguían hacia la choza , cuando usted se arrepienta de lo que acaba de hacer, nos juntaremos y cantaremos a dos voces la misma letra.

Maltrana lo miró con más atención que otras veces, como si se despidiese de él. Digamos adiós al noble amigo don Wolfgang, que ha visto con paciencia tantas necedades nuestras... Este fue un hombre feliz. No se vio obligado, como nosotros, a correr el mundo en busca de dinero. La fortuna fue pródiga para él, como una de esas viejas apasionadas que gustan de proteger a los buenos mozos.