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Actualizado: 5 de junio de 2025


Antonio, mientras se vestía, despertó a su hijo, un grumete de nueve años que le acompañaba en la pesca y hacía el trabajo de un hombre. A ver si hoy tenéis más fortuna murmuró la mujer desde la cama . En la cocina encontraréis el capazo de las provisiones... Ayer ya no querían fiarme en la tienda. ¡Ay, Señor! ¡Y qué oficio tan perro! Calla, mujer; malo está el mar, pero Dios proveerá.

El señor Durand fue interrumpido bruscamente en sus cuidados espirituales y temporales por Grano de Sal, que cayó como una bomba en medio de siete agonizantes y de once muertos. ¿Vienes a estorbarme en mi trabajo, perro? dijo el doctor. Y el grumete recibió con esta admonición una bofetada que hubiera abrumado a un rinoceronte.

Los españoles transportaron á su colonia dos frailes franciscanos con un Gobernador, quienes luego que la vieron se llenaron de melancolia, y el Gobernador, Coronel Catan, á la vuelta de los navios para Buenos Aires, declaró con lágrimas, que tenia por dichosos los que habian salido de tan miserable país, y que él mismo se alegraria mucho poder dar á otro su comisión, y volverse á Buenos Aires, aunque fuese en clase de grumete.

Llevaba adornado el rostro con estrechas patillas y de sus orejas pendían unos aretes de cobre. Jaime, al conocerle, había sentido curiosidad por estos adornos. De chico fui grumete en una goleta inglesa dijo Ventolera en su dialecto ibicenco, cantando las palabras con vocecita dulce . El patrón era un maltés muy arrogante, con patillas y pendientes.

Cuando dormía mejor, creyendo que aún le quedaban muchas horas á la noche, sentíase despertado por un tirón de pierna violento. Su tío no podía tocar de otro modo. «¡Arriba, grumeteEn vano protestaba, con la profunda somnolencia de su juventud... ¿Era ó no era el «gato» de la embarcación que tenía al médico por capitán y único tripulante?...

La tripulación, cinco hombres y un muchacho, cenó después de la maniobra de salida, y una vez rebañado el humeante caldero, en el que hundían su mendrugo con marinera fraternidad desde el patrón al grumete, desaparecieron por la escotilla todos los libres de servicio, para reposar sobre la dura colchoneta, con los vientres hinchados de vino y zumo de sandía.

El equipaje alternaba las guardias de cuatro en cuatro horas, dividiéndose en guardias de babor y estribor, y Tommy, el grumete, avisaba con campanadas cuando se tenían que renovar los de un lado y los de otro. El capitán no debía de tener mucha confianza en aquella gente, porque había tomado grandes precauciones.

Y, dicho sea de paso, habéis de saber que, si yo creyese en la metempsicosis, preferiría habitar por toda mi vida en el alma de un caballo de coche de alquiler, de un temporero, de un burro de Montmorency, animar, en fin, a lo que hay de más miserable, que encontrarme bajo la piel de un grumete.

Pasando de mano en mano, subieron de la bodega multitud de sacos, y mi sorpresa fue grande cuando vi que los vaciaban sobre la cubierta, sobre el alcázar y castillos, extendiendo la arena hasta cubrir toda la superficie de los tablones. Lo mismo hicieron en los entrepuentes. Por satisfacer mi curiosidad, pregunté al grumete que tenía al lado. «Es para la sangre me contestó con indiferencia.

Con este bonete cónico se representan los primeros en las pinturas de la época y muchas veces lo menciona el Diario del Almirante, ya porque agasajaba á los indios con los que llevaban las carabelas de repuesto ; ya porque se servía del de cualquier grumete para depositar los garbanzos y sortear el romero que cumpliera los votos hechos al sufrir temporal .

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