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Actualizado: 9 de octubre de 2025
Körner se acercó al piano y habló en inglés con Serafina; en aquella sazón llegaban Mochi y Bonis del brazo junto a la plataforma, y gracias al carácter expansivo de Minghetti, que medió en el diálogo, y al reconocimiento de Mochi con respecto a Bonis y todos los suyos, y a la habilidad políglota de Körner, pronto hablaron todos juntos, con entusiasmo, mezclándose el inglés, el alemán, el italiano y el español; y Marta estrechó la mano de la cantante, y esta, con una audacia y una gentileza que pasmaron a Bonis, oprimió con fuerza y efusión los dedos flacos de Emma.
La gente que aquí baja es en gran suma; Chiloazas, Beguaes, Querandies Vienen creciendo siempre como espuma: La flor de todos son los Guaranies; Mil galas y lindezas de bel pluma Encima traen de sì: mas no confies En gala, gentileza y hermosura, Que la verdura fresca poco dura.
Hoy mueren diez, mañana mueren veinte: No basta gentileza y bizarría, A contrastar el hado, ni el sapiente Al rustico ventaja le hacia. La gala y hermosura prestamente Fenece, y el aviso y cortesía, Que la tirana, cruel, rabiosa perra A barrisco lo lleva todo á tierra.
Todo lo cual no sólo no me ablandaba, pero me endurecía de manera como si fuera mi mortal enemigo, y que todas las obras que para reducirme a su voluntad hacía, las hiciera para el efeto contrario; no porque a mí me pareciese mal la gentileza de don Fernando, ni que tuviese a demasía sus solicitudes; porque me daba un no sé qué de contento verme tan querida y estimada de un tan principal caballero, y no me pesaba ver en sus papeles mis alabanzas: que en esto, por feas que seamos las mujeres, me parece a mí que siempre nos da gusto el oír que nos llaman hermosas. »Pero a todo esto se opone mi honestidad y los consejos continuos que mis padres me daban, que ya muy al descubierto sabían la voluntad de don Fernando, porque ya a él no se le daba nada de que todo el mundo la supiese.
En efeto, ellos se pusieron en el llano, a la salida de la sierra, y, así como salió della don Quijote y sus camaradas, el cura se le puso a mirar muy de espacio, dando señales de que le iba reconociendo; y, al cabo de haberle una buena pieza estado mirando, se fue a él abiertos los brazos y diciendo a voces: -Para bien sea hallado el espejo de la caballería, el mi buen compatriote don Quijote de la Mancha, la flor y la nata de la gentileza, el amparo y remedio de los menesterosos, la quintaesencia de los caballeros andantes.
La naturaleza, pródiga con Urbási, la adornó de todos sus primores y prestó a su alma y a su cuerpo gentileza tal que bien pudiera creerse que cuantos son los númenes que pueblan y dirigen los tres mundos, acudieron en la hora del nacimiento de ella otorgándole cada uno el don más precioso y la más alta virtud de que dispone.
Mas antes de que la doncellita contestase se abrió la puerta de un pequeño gabinete, también lleno de trastos a medio colocar, y apareció una mujer como de veinticinco a treinta años de singular gentileza, que arrojándose en brazos del anciano rompió a llorar amarga y calladamente.
Pero toda su gentileza y buen donaire y todas sus gracias y habilidades fueran poca o ninguna parte para rendir la fortaleza de mi niña, si el ladrón desuellacaras no usara del remedio de rendirme a mí primero. Primero quiso el malandrín y desalmado vagamundo granjearme la voluntad y cohecharme el gusto, para que yo, mal alcaide, le entregase las llaves de la fortaleza que guardaba.
Al darle a tales coplas, cantadas, como suele decirse, a palo seco, sin compás ni ayuda de instrumento alguno, y sólo con la buena o mala compañía de su áspera garganta, hele ahí que asoma por alto de la senda un galán y sobremanera bizarro caballero, que siendo el mismo que la pasada noche se presentó en fiesta, todavía se ostentaba ahora con todos los arreos de galas, plumas y argentería convenientes a la gentileza y calidad de don Lope de Zúñiga.
Fue modelo de gentileza y cortesanía. Se hizo adorar de la juventud, a quien proporcionó gratísimo recurso para matar las interminables noches del invierno. Fernanda Estrada-Rosa fue uno de los más bellos ornamentos de sus conciertos y saraos. En pos de ella vino el conde de Onís, su novio.
Palabra del Dia
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