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Actualizado: 14 de junio de 2025
Arrojaron los bordones, quitáronse las mucetas o esclavinas y quedaron en pelota, y todos ellos eran mozos y muy gentileshombres, excepto Ricote, que ya era hombre entrado en años. Todos traían alforjas, y todas, según pareció, venían bien proveídas, a lo menos, de cosas incitativas y que llaman a la sed de dos leguas.
Pero eso no prueba nada. Tenéis razón; eso no probaría nada si, después de no haber podido entrar tampoco el duque de Pastrana, ni el de Uceda, á pesar de su oficio de gentileshombres de la cámara del rey, no hubiese salido el duque de Lerma tan risueño y alegre que parecía decir á todo el mundo: ya no tengo enemigos... Dióme lástima, porque en sí mismo tiene el mayor enemigo Lerma.
Distinguíase entre ellos, por su bizarro y marcial aspecto, don Fernando de Vergara, hijodalgo extremeño, capitán de gentileshombres lanzas; y contábase de él que entre las bellezas mexicanas no había dejado la reputación austera de monje benedictino.
Jamás os he visto acompañada de un hombre que valga seis maravedises. Y esto que, sin contar conmigo, que hace un siglo me estoy muriendo por vos, os siguen y os persiguen más de cuatro gentileshombres. Por eso, porque en vuestro gusto particular no confío, y porgue no es cosa de preguntar á estos señores, que por envidia podrán informarme mal, quisiera conocer á ese portento.
El alférez y Velludo se miraron con asombro. Juan Montiño había crecido para ellos dos palmos. En cuanto al hostelero, se había avanzado á un corredor exclamando: Inesilla, hija, despierta y vístete y ponte maja, que tres gentileshombres te favorecen queriendo que tú los sirvas. Al momento viene, señores. Vamos á la sala azul.
En Palacio cundió la alarma con las noticias que llegaron del tumulto de la capital. El Monarca, cuando recibió á sus gentileshombres y al jefe de la Guardia, se mostró muy sorprendido, y hasta juró que tendrían los amotinados pronto y ejemplar castigo. Volvió á la camarilla y al lado de su consejero áulico, que estaba alborozado por haber sentido una algazara más fuerte que la anterior.
Evangelina tuvo así motivo para encontrarse frecuentemente en palacio en sociedad con el capitán de gentileshombres, que a fuer de galante no desperdició coyuntura para hacer su corte a la doncella; la que al fin, sin confesar la inclinación amorosa que el hidalgo extremeño había sabido hacer brotar en su pecho, escuchó con secreta complacencia la propuesta de matrimonio con don Fernando.
Pero decidme, ya que tenéis la boca llena, tío dijo el padre Aliaga : ¿por qué soy yo tan loco como vos? Porque vos, como yo, os habéis empeñado en que un loco tenga juicio. Y miró de una manera sesgada y maliciosa al rey. Como veis dijo el padre Aliaga , su majestad almuerza sin gentileshombres y sin maestresalas; está solo conmigo. Lo que demuestra que estáis haciendo el oficio de loquero.
Precedíales el clero con el infante de Borbón de pontifical y los individuos de la Regencia, y les seguía gran concurso de generales, cortesanos antaño de la corona y hoy del pueblo, altos empleados, consejeros de Castilla, próceres y gentileshombres, muchos de los cuales ignoraban qué era aquello.
Entonces se paró detrás de la mesa, de la que sólo sobresalía a partir del cuello. Parecía así una cabeza de querubín libre de la traba del cuerpo. Por fin, con la voz clara de un pájaro comenzó la siguiente melodía, cuyo ritmo era martillado y laborioso: Que Dios os de paz, alegres gentileshombres, Que nada os espante, Porque Jesucristo, vuestro Salvador, Vino al mundo para Navidad.
Palabra del Dia
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