Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 25 de junio de 2025
Las víboras que son mas ponzoñosas, Cascabel en la cola tienen puesto, De diversas colores son vistosas, Saltando de la tierra, y de su puesto, Arremeten al hombre muy furiosas. Hasta morder con rabia el rostro y gesto. A dó las hay criò Dios una yerba, Que es dicha por su nombre contrayerba.
Navegamos por un golfo poco conocido y que abunda en escollos coralíferos. Entregó la cuerda de la vela al joven pescador chino y, a pesar de las sacudidas furiosas que sufría la chalupa, se acercó a Cornelio. Miró ante sí; pero sólo vió olas monstruosas. Aguzando el oído, percibió distintamente ciertos ruidos bien diferentes a los que producen las olas en medio del mar.
Nunca se conocen los buenos i diestros pilotos en la bonanza, sino cuando el bajel es arrebatado por las furiosas olas, viéndose en un punto empujado hasta las nubes, i derribado á los abismos del mar, i á riesgo de ser hecho pedazos contra las rocas. Sentencia es de grandes políticos que aquel de quien todos temen está obligado para la conservacion de su vida i de su imperio á temer de todos.
Los negros pesaban sobre él para mantener su inmersión lo más posible, y al fin resurgían los tres hechos un racimo, luchando con furiosas zarpadas que provocaban risas.
Yo vi que de la popa colgaba una braza de cuerda; salté de peña en peña y comencé a escalar el Stella Maris a pulso. Al asomarme por la borda, una bandada de pájaros y de gaviotas levantó el vuelo, y tal impresión me hicieron que por poco me caigo al mar. Algunas de aquellas furiosas aves me atacaban a picotazos y revoloteaban alrededor de mí lanzando gritos agudos.
Al llegar el momento de la consagración en la misa, avanzó con paso solemne hasta el medio del templo, que se hallaba libre de gente, desenvainó la espada y comenzó a esgrimirla sucesivamente contra los cuatro puntos cardinales, dando furiosas estocadas y mandobles al aire. Las mujeres se asustaron, los chiquillos corrieron, la mayor parte de los hombres pensó que era un acceso de locura.
Más de cien garrotes se levantaron al mismo tiempo para caer inmediatamente sobre otras tantas cabezas. Y el ruido que hicieron al caer semejaba al chasquido de los guijarros del río cuando éste en una de sus furiosas avenidas los remueve, los sacude contra las peñas de la orilla.
Junto a ella había una silla vacía, y cuando faltaba ésta, el solicitante poníase en cuclillas, a uso moruno, hablando a la muchacha en voz baja durante tres minutos, bajo la mirada hostil de sus adversarios. La menor prolongación de este breve plazo provocaba toses, furiosas miradas y reclamaciones amenazadoras a media voz. Se retiraba el atlot, y otro al puesto.
¡Eeeeh!... ¡Entra, Morito! Fue un berrido espantoso el del Pescadero para que entrase el toro, excitando con estos gritos y con furiosas patadas en la tierra sus entrañas de aire y de junco y su testuz de paja.
Hasta el violín y arpista italianos habían emprendido con furor una mazurka que las parejas bailaban levantando extremadamente los pies, dando furiosas patadas en la hierba. La luz se iba huyendo del cuadro; pero al huirse suavizaba los tonos, esparcía sobre él un encanto misterioso, poético, que traía al recuerdo los dichosos rincones de la Arcadia antigua.
Palabra del Dia
Otros Mirando