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Actualizado: 2 de mayo de 2025
»A 22 de el corriente se celebró en Palacio el felicisimo dia de el cumplimiento de años de la Reyna N. S., y á la noche se representó la famosa comedia de los Juegos Olímpicos, que Su Magestad honró con Su Real presencia, asistido de Su Alteza.» 1678. «La Gazeta ordinaria de Madrid. Martes 11 de enero 1678.
¡Oh Sancho bendito! ¡Oh Sancho amable -respondió don Quijote-, y cuán obligados hemos de quedar Dulcinea y yo a servirte todos los días que el cielo nos diere de vida! Si ella vuelve al ser perdido, que no es posible sino que vuelva, su desdicha habrá sido dicha, y mi vencimiento, felicísimo triunfo.
A pesar del embozo, Aviraneta le conoció al momento y Salvador también. Tablillas dijo D. Eugenio , cuartéate aquí, que somos amigos. El atleta se acercó, examinando con atención recelosa a los dos caballeros. Señor Vinagrete y la compañía, buenas noches.... Estaba encandilado y no les conocía. ¿Está durmiendo ya el Sr. D. Felicísimo? Todavía están en brega.
Era un hermoso cuadro, retrato de Fernando VII, colgado allí treinta años antes, y que D. Felicísimo había contemplado desde su asiento muchas veces, recreándose en la perfección de la pintura y en la exactitud del parecido.
D. Felicísimo retrocedió sintiendo que su valor se extinguía, que sus bríos se aplacaban, que toda su sangre se congestionaba en el corazón.
Ya sé que la crítica no es benévola conmigo, pero crea usted que los autores que maldicen del público y hablan de corregir sus gustos, es porque no poseen el arte de agradarle. El matrimonio había de marcar en la inspiración del autor de «Divorciémonos» un nuevo y felicísimo oriente.
Sólo queda por decir que Bernardo fue felicísimo con su Elvira y que vivieron siempre muy enamorados ella de él y él de ella.
Fue aquel, en efecto, un alarde felicísimo de saber hacer esas cosas por todo lo alto.
Prólogo á las Comedias de Cervantes. Digna es también de mención una fiesta dramática, que se celebró en Burgos el 27 de octubre de 1571, para solemnizar la entrada de Doña Ana, hija del emperador Maximiliano II, cuarta esposa de Felipe II. Su argumento era el rapto de la princesa Oriana del Amadís de Gaula, narrándose esto prolijamente en la Relación verdadera del recibimiento, que la muy noble y muy más leal ciudad de Burgos, cabeça de Castilla, hizo á la Majestad Real de la Reina N. S., Doña Ana de Austria, primera de este nombre, pasando á Segovia para celebrar en ella su felicísimo casamiento con el Rey D. Felipe, N. S., segundo de este nombre.
El señor escribió una carta; pero no la dejó en casa. ¿Pues dónde, hombre de Dios, dónde? La dejó a D. Felicísimo Carnicero. ¡Bendito Dios! exclamó D. Benigno, golpeando en el suelo con un pie . ¿Y a usted no le dejó recado verbal para mí? ¿Para el Sr. de Cordero? Sí señor. Me dijo que D. Felicísimo enteraría a usted del motivo de su viaje y le daría una carta.
Palabra del Dia
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