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Actualizado: 4 de noviembre de 2025
De todo eso se deduce que no podemos hacer nada contra Gray dijo con disgusto la de Leiva. Nada, señora... Se va a erigir un monumento a Jorge III... La embajada inglesa... Wellesley... ¡Oh!, esta batalla de la Albuera estrechará más aún las relaciones entre ambos países. ¡Gran victoria! dijo Valiente . En Extremadura nos envalentonamos un poco. Pero está muy mal de la parte del Ebro.
Por su parte, Lope acaso buscando el efecto de castigar la tiranía de don Tello por la mano de un rey adolescente, con lo que hace brillar con mayores fulgores el prestigio real; como en Los Novios de Hornachuelos el valetudinario Enrique III, que tiembla con el frío de la cuartana, rinde al tirano de Extremadura lo supone acaecido en los comienzos del reinado de Alfonso y acumula alusiones a hechos históricos de esa época.
Yo no trabajo en mojigangas, amiguita repuso mi antigua ama y de picarme las manos con la aguja, prefiero ocuparme, como me ocupo, en la ropa de esos pobrecitos soldados que han venido con Alburquerque de Extremadura, tan destrozados y astrosos que da lástima verlos.
He estado en la guerra de Navarra, y volvía por Extremadura a buscar un puerto donde embarcarme para Cádiz, y de allí a mi tierra, que es Alemania. Perdí el camino, y he estado largo tiempo dando rodeos, hasta que por fin he llegado aquí enfermo, exánime y moribundo. Ya ve usted dijo la tía María al hermano Gabriel , que sus libros no están en hebreo, sino en la lengua de los cirujanos.
Tú me dirás entonces: pero ven acá, Martinán, burro, ¿cómo quieres que sepamos lo que nos conviene antes que haya hecho operación en el cuerpo? Yo te responderé: ¡alto, amigo, poco á poco! ¿Por qué no lo sabes? ¿porque no lo has visto? ¿Y has visto la Extremadura? ¿Y entonces por qué sabes tú que hay la Extremadura?...»
Francisco Zurbarán Salazar, natural de Fuente de Cantos, en Extremadura, vecino de Sevilla, residente en Madrid desde Junio de 1658, y dijo que le conoce hace cuarenta años, y que conoció a sus padres, que eran gente muy principal; que en la familia de Velázquez había habido familiares de la Inquisición; que a los padres, que conoció, los vio siempre tratarse con mucho lustre y estimación y lo mismo oyó de los abuelos; que no ha tenido tienda ni ejercido el oficio de pintor más que para S. M., y que si hubiera algo en contrario lo supiera por haber muchos años que conoce al pretendiente y a sus padres.
De seguro que ninguno de ellos había tenido nunca padre ni madre, ni Lilí, ni sacado en todos los días de su vida un solo premio... Cuando él fuera grande había de ahorcar a todos los empleados del resguardo, colgándolos como los chorizos que había visto una vez en la chimenea del capataz del Encinar, allá en Extremadura... ¡Y todavía, al doblar la esquina de la Universidad, se atravesó un coche, y después un carro de mudanzas y luego un gran ómnibus, y hubo que perder otros tres minutos!
Estas palabras se referían al proyecto que tenía la marquesa de abandonar a Madrid para irse a vivir con su hijo a sus posesiones de Extremadura. El citado marqués del Lago podía dar testimonio de ello si fuese interrogado. Tristán ya estaba arrepentido de su violencia. Aunque la carta no disipase enteramente sus dudas, le hizo pensar que pudiera haber incurrido en un error.
Gran conquistador; extendió sus dominios muchísimo, y hasta me parece que llegó en sus correrías hasta Extremadura. Un día, siendo yo niño, se encontró su corona enterrada entre los cimientos de la antigua capilla de nuestra casa... ¡Pero, hombre! ¡pero, hombre! exclamó Valero mirándole fijamente con una cómica indignación que hizo soltar la carcajada a los demás.
Hasta tuvo la dicha de no tropezar a su vuelta con el marquesito del Lago que inconscientemente tan malos ratos le había hecho pasar: la marquesa viuda había decidido al fin trasladar su residencia a sus posesiones de Extremadura huyendo de los escándalos de su hija y de los peligros que amenazaban a su hijo.
Palabra del Dia
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