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Actualizado: 10 de junio de 2025
El telón caía, terminando el primer acto, cuando María Teresa y Jaime hacían abrir el palco de Huberto. Al entrar fueron recibidos por las exclamaciones de Huberto, de la señora Gardanne y de su hija. ¡Al fin llega usted! dijo Martholl, ayudando a María Teresa a quitarse el abrigo, mientras su tía agregaba: ¡Era tiempo!
Entretanto un movimiento se inicia y los grupos empiezan á moverse; el catedratico de Física y Quimica ha bajado á clase. Los alumnos, como burlados en sus esperanzas, se dirigieron al interior del edificio dejando escapar exclamaciones de descontento. Plácido Penitente sigue á la multitud. ¡Penitente, Penitente! ¡le llamó uno con cierto misterio firma esto! Y ¿qué es eso? No importa, ¡fírmalo!
Pero el cuentecillo tiene su buena dosis de sal y pimienta. Lo sentiría mucho dijo la condesa . Es un recuerdo que he tenido al oír hacer la apología de las obras de Dumas. ¡Tantas exclamaciones vacías y ni siquiera una palabra de elogio para esa historia de la Magdalena y de Lázaro, de la que no puedo leer un renglón sin derramar lágrimas!
Ella iba de asombro en asombro, y acabó por reir, lanzando exclamaciones alegres é irónicas. ¡Qué generosidad!... Hay para poner una tienda de perfumista. Pirovani, cada vez más pálido, enardecido por esta sonrisa y por la soledad, intentó aproximar su boca á la de ella, besándola.
»Leí en voz alta; y Teobaldo, que atendía, entretanto, al original, no pudo detener más de una vez sus exclamaciones, que mi tío tomaba por muestras de aprobación. Por mi parte, viéndome salvada, y no explicándome este suceso sino por un milagro que mi razón no acertaba a comprender, me preguntaba interiormente: »¿Qué ser caritativo, qué hada ha venido en mi auxilio y cuida de mí de esta manera?»
Durante el largo martirio de las teclas, las exclamaciones de admiración no cesaban. «¡Qué dedos los de esta chica!... Me río yo de Guelbenzu... ¡Y qué talento artístico, qué expresión!» decía el gran tuno de Ballester.
En la puerta de la escalera sonó un campanillazo, que denotaba el tirón brutal de una mano burda. Nelet salió rápido de la cocina, y haciéndolo retemblar todo con sus zapatos, corrió a abrir. Hubo en la antesala exclamaciones como berridos y caricias que parecían golpes, cual si alguien riñese a brazo partido. ¿Qué es eso? dijo doña Manuela, avanzando hacia la puerta.
Comenzaron a partir suspiros y exclamaciones de los grupos de mujeres. Don Carmelo miró al primer oficial que seguía acariciándose la barba. Güeno, niños; será pá más tarde. A la noche os iréis nadando.
¡Bravo! ¡bravo! exclamaron los oficiales á una voz, prorrumpiendo en alegres exclamaciones. ¡Se beberá vino del país! ¡Y cantaremos una canción de Ronsard! ¡Y hablaremos de mujeres, á propósito de la dama del anfitrión! Conque... ¡hasta la noche! Hasta la noche.
Yo he sentido á su vista nacer en mi corazón un insaciable deseo de venganza; y ahora, por vez primera, me explico que los soldados de Mendieta, en el combate de Yarayabo, lanzaran exclamaciones de júbilo, cada vez que una granada hacía volar en todas direcciones fragmentos de carne humana.
Palabra del Dia
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