United States or Japan ? Vote for the TOP Country of the Week !


Hablaban de la «plaza vieja» de Madrid, donde sólo se conocieron toros y toreros de «verdad»; y aproximándose a los tiempos presentes, temblaban de emoción recordando al «negro». Este «negro» era Frascuelo. ¡Si hubieses visto aquéllo!... Pero entonces y los de tu época estabais mamando o no habíais nacido.

Me arrepiento sinceramente de ello; ésa es la única falta que tengo que reprocharme; y por eso es que imploro vuestro perdón. ¡Perdón! ahora veremos. ¿Permaneció mucho tiempo Federico con Elena? Dos o tres minutos, señora. Tanto tiempo, ¿y qué le dijo? No lo , señora. ¿Y ella no os llamó? Creo que , señora, pero yo no la . ¡Hipócrita, no le oisteis y estabais a diez pasos de distancia!

Así y todo la agarró fuertemente por el brazo, y soltando tres o cuatro ternos seguidos, le escupió más que le dijo: «Oyes , grandísimo pendón; su casta es mejor que la tuya siete mil veces... ¿Qué hubiera sido de ti si no te hubieras casado con el calzonazos de mi hermano? ¿Así pagas el bien que te ha hecho, insultándole a él y a todos nosotros?... ¡Pues mira, chica, que el porvenir de tu casta hubiera sido lucido como hay Dios!... Estabais con el agua al cuello, más pobres que las arañas, ¿y todavía vienes echando fieros?... ¡Si le digo a V., hombre, que es morirse de risa!... ¡Vaya un hermano babieca que tengo!... ¡Babieca!... ¡Más que babieca!...»

Cuando érais ratona no estábais tan flaca como ahora. Sólo habéis conservado el color pardo de vuestro cutis. ; ¡ya te conozco! ¡ eres Aquiles!! BEATRIZ. ¿Es posible? ¡Aquiles! ¡Cuántos hombres grandes contemplo en este día! CARLINO. ¿Cómo? ¡El diablo me lleve! ¿Yo Aquiles? Pero ¿quién era Aquiles? ¿No fué un Emperador romano? Jornada tercera.

Detrás de los dos iba Don Bernardino. Esas noticias eran que vos, á consecuencia de la herida de don Rodrigo, estábais desesperada y no representábais. Ya veis que no. Ya lo veo. Y os anuncio que al salir os van á vitorear con frenesí. El público está enamorado de vos. Pues no se conoce, porque me paga poco. Eso consiste en que Gutiérrez es un judío. Tiene en vos una mina de oro.

Juzgad por vos mismo, Mathys. Mientras estabais en viaje, la señora me hizo llamar. Me interrogó durante más de una hora para convencerse de que yo estaba dispuesta a asociarme a ella contra vos. Intentó volveros tan perverso y miserable ante mis ojos, que os hubiera tomado por un demonio si no os hubiera conocido. Me ha prometido una fortuna y una existencia feliz hasta el fin de mis días.

Si un día, mañana acaso, el rey os preguntase acerca de ... decidle... hacedle entender que entre nosotros mediaban amores... que... que en una palabra, por deber y por conciencia estábais obligado á casaros conmigo. Pero eso no es verdad... yo no puedo ofenderos... el rubor que tiñe vuestro semblante, dice bien claro que os ofendería.

¡Holgazanazas! ¡Pendonas! Mejor estabais en vuestras casas espumando el puchero o recosiendo calcetas... ¡Lástima de vara de fresno! Si yo fuera marido o padre vuestro, ya os diría lo que era candonguear a todas horas por la iglesia... Estos y otros requiebros semejantes eran los que el cura murmuraba por los rincones de la iglesia en tono bastante alto para que pudieran oírle.