United States or Caribbean Netherlands ? Vote for the TOP Country of the Week !


El viviendo al lado de la enfermera, aprovechándose de la ignorancia del ciego para inferirle todos los días con sus amores un nuevo insulto, ¡ah, no! Era una villanía. Se acordaba ahora con vergüenza de la malignidad con que había mirado poco antes á esta hombre desgraciado y bueno. Se reconocía sin fuerzas para luchar con él.

Entraron en el cuarto donde estaba acostada la devota ... Esta reposaba tranquilamente, pero no dormía; tenía clavados los ojos en el techo con muestras de meditación profunda. Sentada junto á la cama estaba Clara, que hacía de enfermera y acompañante de la santa. Cuando las dos Porreñas entraron, Clara les conoció en las caras que se preparaba una escena terrible.

SITA. ¡En efecto...! Y debo tener un aire muy torpe, ¿verdad? LA ENFERMERA. Es la primera impresión que se experimenta. Luego se acostumbra una... Estas damas son muy agradables... LA ENFERMERA. ¡Bah...! ¡Cuando las conozca usted...! Se han puesto una cofia para chismorrear más a gusto. SITA. ¿Hay aquí chismes? LA ENFERMERA. ¡Desdichada...! ¡Está usted en Villachismosa...! SITA. ¡Es horrible...!

LA ENFERMERA. ¡Es usted ya demasiado sabia, señorita...! Los infortunados que usted cuidará no tienen necesidad de su ciencia; reclaman solamente su gracia. ¡Amelos! ¡Proporcione a los que sufren la ilusión de una tierna novela! ¡No sienta usted ninguna curiosidad fisiológica...! Procure curar solamente su parte moral. Hay que distraer a estos niños grandes con pasioncillas.

Junto á él, con la diáfana blancura de los ángeles custodios, estaba una enfermera. ¡Pobre ciego!... Desnoyers iba á seguir adelante; pero un movimiento rápido de la mujer vestida de blanco, un deseo visible de pasar inadvertida, de ocultar la cara volviendo los ojos hacia las plantas, atrajeron su atención. Tardó en reconocerla.

que su carácter no se presta a ocuparse en estos pormenores y cuidados que un enfermo necesita. No sirve para enfermera. Además, considera que ahora se encuentra en un estado en que hay que dispensarle muchas cosas... ¡Pero si es así en todo, Cecilia! ¡Si es así en todo! replicó el joven con tanta viveza como mal humor. ¡Si es una chiquilla que no tiene atadero!

Y siempre se encontraba en el corredor, al volver, a la enfermera, que le esperaba. ¿No se ha acostado usted aún? preguntaba con tono indiferente . ¡Buenas noches! Ella respondía, con voz apenas perceptible: ¡Buenas noches!

»El doctor, la señora Braun y yo, nos relevamos por turno en compañía de una enfermera que nos ayuda a cuidar a Magdalena. A pesar de sentirme rendido de pena y de cansancio, reclamé mi derecho y el señor de Avrigny, se retiró sin hacer la menor observación. »Poco después, Magdalena se ha dormido con un sueño tan tranquilo como si sus días no estuviesen ya contados.

Pero nunca he sido hábil para estas cosas, y no quiero servir de estorbo, por pura vanidad, como otras muchas... Además, estamos acostumbradas á mandar, á ser las primeras, y por grande que resulte el espíritu de sacrificio, acaba una por marcharse, no pudiendo sufrir el verse mandada por mujeres más hábiles, más útiles, pero que hasta ahora han sido inferiores á nosotras... Ahí tienes á Clorinda: los dos primeros años fué enfermera; estaba de lo más hermosa é interesante con su vestido blanco y su capita azul.

En fin, no cesa de reprochar al finado señor Laroque, hijo, su admirable salud que jamás permitió á su mujer desplegar las cualidades de enfermera, de que rebosa su corazón. Entretanto, ha tenido, en estos últimos días, la idea de agregar á su sillón una especie de nicho en forma de garita, para resguardarse de los vientos colados.