United States or Belarus ? Vote for the TOP Country of the Week !


Cuando iba el Cojuelo refiriendo esto, llegaron a la Plaza Mayor de Ecija, que es la más insigne del Andalucía, y junto a una fuente que tiene en medio del jaspe, con cuatro ninfas gigantas de alabastro derramando lanzas de cristal , estaban unos ciegos sobre un banco, de pies, y mucha gente de capa parda de auditorio, cantando la relación muy verdadera que trataba de cómo una maldita dueña se había hecho preñada del diablo, y que por permisión de Dios había parido una manada de lechones, con un romance de don Alvaro de Luna y una letrilla contra los demonios, que decía: «Lucifer tiene muermo, Satanás, sarna, y el Diablo Cojuelo tiene almorranas.

Fernando de Ecija vecino de esta ciudad trajo la nueva de como el conde de Cabra y Martínez Alonso y otros caballeros habían desbaratado y cautivado al rey de Granada y otros muchos caballeros y peones que le acompañaban. La ciudad le dió 3000 mrs. de albricias.

Conquista de Sevilla por San Fernando. Judería en esta ciudad. Leyes de don Alfonso el Sabio contra los judíos. Proteccion dada á estos por el rei don Pedro. Fundan nueva sinagoga en Toledo. Quejas del rabí don Santo. Disposiciones del rei Enrique II. Trama que urden los judíos contra don Juzaf Pichon. Poetas judíos. Predicaciones del arcediano de Ecija. Tumulto de la plebe contra los hebreos.

Y no se crea que Juana sabía sólo hacer los guisos locales, sino que también había importado y añadido a la cocina indígena no pocos platos forasteros de más o menos remotos países, entre las cuales platos o manjares descollaban los celebérrimos bizcochos de yema, que sólo hacían unas monjas de Ecija, de cuyo secreto tradicional no se comprende por qué arte o maña prodigiosa ella había sabido apoderarse.

Despues de arrojado al rio el cadáver de S. Eulogio, estaba por la noche de centinela en la torre de la Vela un soldado de Ecija, el cual, acosado de la sed, se pasó á beber al caz que por encima del muro llevaba el agua á los baños del Califa; y estando allí vió en el rio una gran claridad, y observó que encima del cuerpo del santo mártir, que sobrenadaba, se hallaban como suspensos en el aire unos ángeles con blancas vestiduras sacerdotales, salmodiando dulcemente. ¡Qué asunto para un artista de !

Era don Pedro un presbítero natural de Ecija, que vivía en Sevilla y hombre de no muy buenos instintos y peores mañas, cuyo fin fué al cabo lamentable.

El jueves pasado murió Luis Velez de Guevara, natural de Ecija, Uxier de Cámara de S. M., bien conocido por mas de 400 Comedias que ha escrito, y por su gran ingenio, agudos y repetidos dichos, y ser uno de los mejores cortesanos de España. Murió de 74 años de edad. Dexó por Testamentarios á los Sres. Conde de Lemos y Duque de Veraguas, en cuyo servicio esta D. Juan Velez su hijo.

El cuándo y el cómo se formó el volcán, ni la historia lo dice, ni la tradición lo relata; solo la configuración del monte, la relación que en guarda con las vertientes del Sungay y el estudio del suelo, pueden conducirnos á la hipótesis más ó menos aproximada de suponer haber corrido por lo que hoy es laguna, una cordillera, que comprendería desde las faldas del Sungay, á las riberas de la laguna de Bay, y quién sabe si llegaría más allá, encadenando sus ásperas lomas con los picos de la isla del Talin, yendo á perderse entre la fragosidad de Morong y Nueva Ecija.

Fronteras á la parte oriental del Templo metropolitano, hallábanse en el siglo XIV las casas en que moraba el Arcediano de Ecija, Fernan Martínez «varón de exemplar vida, pero de zelo menos templado que conviniera» el cual predicando al pueblo contra los males que acarreaban los judíos que vivian en el reino, dió lugar á que la plebe se concítase contra ellos, produciéndose sangrientas escenas en la judería sevillana, que no pudieron evitar Don Alvar Pérez de Guzmán, Alguacil Mayor de Sevilla y el Conde de Niebla acaecidas en el año de 1391, según Zúñiga.

A despecho de tan importantes motivos, no sabemos por qué doña Inés desistió de que Juanita fuera al convento de Ecija, y hubo de fijarse al fin en las Comendadoras de Santiago, en Granada, donde, si no se hacen aquellos peregrinos e inimitables bizcochos, se hacen los mejores almíbares de toda Andalucía.