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Actualizado: 3 de junio de 2025
Ultimamente, compruébase la gran tolerancia de los Arabes para con los cristianos de la Iglesia Caldea por la carta del patriarca Jesujabus á Simon, metropolitano de una ciudad persa, que contiene esta notable manifestacion: «Hasta los Arabes, á quienes el Omnipotente ha concedido en estos dias la dominacion de la tierra, son de los nuestros, como no ignoras.
Seguid el ejemplo de vuestro metropolitano Recafredo, el cual condena ya ese falso celo que os lleva desalados al suplicio, y obedeced tambien los decretos que este justo prelado acaba de dictar para desengañaros de vuestras falsas doctrinas . No busqueis la muerte, no corrais con ciego afan al suicidio, pues no sereis mártires, sino malhechores y temerarios, si en ello os obstinais: sabed que presentándoos á los jueces sin ser violentados, estais excomulgados, y que como infames sereis quemados despues de muertos, dejando á vuestros hermanos y descendientes el baldon del castigo, y no la aureola de la glorificacion. ¡Oh mezquinas consideraciones humanas!
Esa catedral ha pasado por las mas graves vicisitudes. La primera piedra de sus cimientos fué puesta á mediados del siglo XIII, y los trabajos de construccion, despues de una lentitud secular, quedaron suspendidos enteramente en 1509. En el siglo XVIII el capítulo metropolitano degradó torpemente las admirables obras interiores del monumento, verificando modificaciones del gusto mas bárbaro.
Creíase poco menos que papisa y se hubiera atrevido a excomulgar a cualquiera provisionalmente, segura de que el Papa sancionaría su excomunión; trataba de potencia a potencia al Obispo, y Ripamilán, que no la podía ver porque era un marimacho, según él, la llamaba el Gran Constantino, aludiendo al Emperador que protegió a la Iglesia. «Piensa la buena señora que por haber sabido conservar con decoro las tocas de la viudez y por levantar edificios para obras pías es una santa y poco menos que el Metropolitano». Tenía razón el Arcipreste; doña Petronila no pensaba más que en su protección al culto católico y opinaba que los demás debían pasarse la vida alabando su munificencia y su castidad de viuda.
Era el único cristiano que habia consentido el rey Mohammed en este cargo, por la oficiosa diligencia con que habia cooperado á la publicacion de un célebre decreto del impío metropolitano anatematizando el martirio voluntario, y obligando á jurar á todos los mozárabes que no se presentarian á declarar su fé.
Además de este fautor, tenia otros muchos del estado secular la satánica empresa del falso metropolitano.
Fronteras á la parte oriental del Templo metropolitano, hallábanse en el siglo XIV las casas en que moraba el Arcediano de Ecija, Fernan Martínez «varón de exemplar vida, pero de zelo menos templado que conviniera» el cual predicando al pueblo contra los males que acarreaban los judíos que vivian en el reino, dió lugar á que la plebe se concítase contra ellos, produciéndose sangrientas escenas en la judería sevillana, que no pudieron evitar Don Alvar Pérez de Guzmán, Alguacil Mayor de Sevilla y el Conde de Niebla acaecidas en el año de 1391, según Zúñiga.
Entre estos sobresalia Recafredo, metropolitano de la Bética, de triste celebridad por la violencia con que impugnó la santa causa de los martirios voluntarios, suscitando uno de los mas deplorables cismas que afligieron jamás á la iglesia de Córdoba; y por haber oprimido y encarcelado al venerable obispo Saulo y al santo y sabio maestro de mártires Eulogio.
Deseoso de informarme de esta particularidad, he tratado de hacer averiguaciones, y mi estimable compañero el letrado D. Manuel Villava me ha manifestado, que al reedificar su casa que se halla frente al arco de S. Roque, encontró un subterráneo ó bóveda; y el archivero del metropolitano templo de la Seo D. Pedro Dusen me refirió así mismo, que desde dicho templo, si quiere, desde la capilla de nuestra Señora de las Nieves, que es la contigua á la de S. Valero, entrando por la puerta del Santo Cristo, corría una bóveda subterránea bastante espaciosa y honda de mampostería, que se dirigia hácia la plaza de Santa Marta, sin que haya encontrado hasta ahora, segun me aseguró, documento ninguno que hablase de esta obra.
El Maestro Diego Espés en su historia manuscrita, que se encuentra en el archivo del Metropolitano templo del Salvador de esta capital y que hé registrado con este motivo , pretende asimismo, que Muza y Tarif iban con egército separado, y que se reunieron en Zaragoza, de cuya opinion es tambien Zurita, y que esta ciudad capituló con condiciones honrosas, siendo una de ellas la de dejarla vivir en su ley.
Palabra del Dia
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