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Si los hombres se contuvieran en los límites de la razon, no serían tan temerarios en juzgar de lo que no entienden, y dexarian que cada cosa la manejasen los que son verdaderamente perítos en ella. En los poderosos es donde está mas arraigado este defecto.

En efecto los juicios temerarios casi siempre se hacen con precipitacion, porque se hacen sin atender las circunstancias necesarias para juzgar; y si bien se repara, en el trato civil se hallará, que son infinitos los juicios precipitados.

Contestéle que los sucesos darían prueba de ello; pero mientras no llegára la expedición de armas encomendada al Cónsul Wildman en uno de los puertos de China, nada podría hacer; pues sin armas cada victoria costaría muchas vidas de valientes y temerarios revolucionarios filipinos.

Líbreme Dios de hacer juicios temerarios; pero él dos veces entró en nuestro quarto, y se fué mucho ántes que nosotros. Ha, dixo Candido, muchas veces me ha probado el buen Panglós que los bienes de la tierra son comunes de todos, y cada uno tiene igual derecho á su posesion.

Dirás pues: El cuchillo, el cuchillo está desenvainado para degollar; acicalado para consumir con resplandor. 30 ¿Lo volveré a su vaina? En el lugar donde te criaste, en la tierra donde has vivido, te tengo que juzgar. 31 Y derramaré sobre ti mi ira; el fuego de mi enojo haré soplar sobre ti, y te entregaré en mano de hombres temerarios, artífices de destrucción.

Otros decían que era un símbolo del sol y los apóstoles las constelaciones del Zodiaco. Ana procuraba retirarse en cuanto podía hacerlo sin ofender la susceptibilidad de aquel libre-pensador que era su padre. ¡Con qué tristeza pensaba la niña, sin querer pensarlo, que los amigos de su padre eran personas poco delicadas, habladores temerarios!

En cambio, el señor Diego de Bracamonte, de la casa de Fuente el Sol, descendiente de Mosén Rubí de Bracamonte y emparentado con la más clara nobleza de Castilla, juzgaba, lleno de heroico desenfado, la política del Rey. La arrogancia de aquel hombre se erguía almenada y sola. El discurso flameaba en su boca cual sedicioso pendón. Aun su mirada y su ademán eran temerarios.

Preguntóle el general: -Dime, mal aconsejado perro, ¿quién te movió a matarme mis soldados, pues veías ser imposible el escaparte? ¿Ese respeto se guarda a las capitanas? ¿No sabes que no es valentía la temeridad? Las esperanzas dudosas han de hacer a los hombres atrevidos, pero no temerarios.

Tambien que aquellos españoles solicitan saber de nosotros, pero que los indios les infunden temor, diciendo: que somos muy temerarios y tiranos, y que por un rio grande que es de mares, se comunican los de una poblacion con otra, por unas barcas grandes.

Si el carácter de estos naturales se parece poco al de los Moxos, tiene alguna semejanza con el de los Canichanas. Independientes y altaneros por demas, valientes hasta ser temerarios, guerreros indómitos, no carecian entre ellos de franqueza y de bondad. Cazadores intrépidos y pescadores infatigables, son al mismo tiempo buenos agricultores. Estos indios nunca fueron antropófagos.