United States or Morocco ? Vote for the TOP Country of the Week !


Yo que muchos han recibido dinero en cambio de discursos muy calurosos. Las asonadas absurdas que vemos todos los días, ¿á qué se deben? No lo dudéis: ¡abrid los ojos, ciegos! Se deben al oro de Fernando de Borbón, al oro repartido por ese hombre insidioso, por ese Coletilla. ¿Quiénes son los venales? Sepámoslo. Desconfiad de los autores de asonadas.

¿Qué se atreve usted á decir? exclamó Núñez levantándose como una furia y apostrofando al primer orador. ¡Qué injuria dirige usted á mis amigos, á mi! , señores gritó el otro: desconfiad de los aragoneses. Un aragonés agitó las turbas el día de la procesión del retrato. Algunos miraron á Lázaro que, mudo y helado, presenciaba aquella escena. Y no lo dudéis continuó el orador.

El conde de Lemos seguirá en su destierro; ha sido más audaz que los otros... ha pretendido ganar la confianza de su alteza, despertando sus pasiones y halagándolas... ha sido, pues, necesario ser severo con él, y como lo he sido con él, lo seré con los demás; lo seré, no lo dudéis añadió el duque contestando á un movimiento de duda de don Rodrigo.

Porque quisiera que se os pasase esa mala impresión, que por mi desdicha os he causado en sólo un momento que me habéis visto; porque no quiero que alentéis ninguna esperanza. ¡Ah! pues entonces, permitidme dudar... No dudéis, pues dijo la dama echando atrás el manto, y dejándose ver á Juan Montiño. ¡Ah! exclamó el joven ; ¡, vos sois el hermoso sol que me deslumbró!

Conozco toda vuestra vida, vuestro padrino me la ha referido; por qué sois soldado, y cuántos deberes y sacrificios podéis entrever en el porvenir... No lo dudéis, Juan, jamás os desviaré de ninguno de estos deberes, de ninguno de estos sacrificios.

Respondióle Zadig lo mismo que acerca del ministro de hacienda. Señor, dexadlo á mi cargo; pero permitidme primero que disponga de todas las riquezas que se expusiéron en la galería de la tentacion, y no dudeis de que os daré buena cuenta de ellas, y no perderéis un ardite.

Y como había leído muy claro en la última mirada de Juana a su marido, comprendiendo que estaba allí de más, concluyó con estas palabras: Conque, hijos míos: dicho lo dicho, me largo a mis quehaceres; pero conste que no me he mezclado en vuestros asuntos hasta que lo habéis solicitado, y no dudéis que aquí o dondequiera que la fortuna os coloque, no han de faltaros mis pobres oraciones ni mis deseos de que Dios, autor y dispensador de toda felicidad, os la tan cumplida como duradera.

Con él, no lo dudéis, despertará la inteligencia, se aguzará el ingenio, crecerán los ánimos y por fin entrarán en el concierto de los hombres civilizados los habitantes de este país. Mucho se rieron y celebraron las palabras del joven ingeniero.

Si probáis que el hombre que habéis muerto era un ladrón... dijo el alcalde. Pero si yo, señor, no he muerto á ningún hombre dijo Montiño ; ¡si yo no he matado jamás otra cosa que pavos, capones y conejos! Si probáis que el hombre á quien habéis muerto era un ladrón, y que le habéis muerto en defensa propia, seréis absuelto... no lo dudéis... pero si no, seréis ahorcado como asesino.

Llegó, en fin, con la preciosa carga doña Guiomar a la presencia de su marido, y trasladándola de sus brazos a los del Corregidor, le dijo: Recebid, señor, a vuestra hija Costanza; que ésta es sin duda: no lo dudéis, señor, en ningún modo; que la señal de los dedos juntos y la del pecho he visto, y más, que a me lo está diciendo el alma desde él instante que mis ojos la vieron.