Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 17 de mayo de 2025


Un grito de espanto se le escapó al intendente, que se puso lívido aunque tratara de tranquilizarse diciéndose que probablemente Marta se había levantado temprano. Estas últimas palabras hicieron renacer una sonrisa de alivio en los labios del intendente. Bajó la escalera corriendo y le preguntó al portero si no había visto al aya.

Esta informalidad inexplicable, puesto que no se dió razón alguna que siquiera la disculpara, merecía seguramente, cuando menos, alguna agria censura y justa reconvención; pero ni aun ese desahogo fué permitido al atónito traductor, por cuanto el editor comenzó su discurso de entrada diciéndose á mismo todo lo que en otro caso le hubiera dicho el traductor, y ya se sabe que, cuando dos se proponen reñir por algún motivo, y el culpado descarga sobre mismo, como artículo de previo pronunciamiento, la ira y los denuestos que competen á su adversario, éste se queda desarmado y reducido al más profundo silencio.

Me figuro que las gentes me señalan en la calle diciéndose: He ahí un hombre que no tiene distrito. Y por esto me dirijo al lector pidiéndole uno. Después de todo, un distrito se le da a cualquiera. Haga el lector un pequeño esfuerzo. Necesito un distrito, y lo necesito de toda necesidad. ESPA

22 Diciéndose ser sabios, se hicieron fatuos, 23 y trocaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, y de aves, y de animales de cuatro pies, y de serpientes. 25 los cuales mudaron la verdad de Dios en mentira, honrando y sirviendo a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.

Cogió la caja de fósforos, dispuesta a encender, para recrear su vista en el tesoro; mas por no despertar a Doña Paca, cuyo sueño era muy ligero, dejó para la mañana el examen de tantas maravillas... Pasado un rato, no tardó en reírse de su ilusión, diciéndose: «¡Pues no soy poco lila!... Es todavía pronto para que traigan eso...». Al amanecer, despertose al ladrido de dos perrazos blancos que salían de debajo de las camas; sintió la campanilla de la puerta; echose al suelo, y en camisa corrió a abrir, segura de que llamaba algún ayudante o gentilhombre del Rey de luenga barba y vestido verde... Pero no era nadie; no había ser viviente en la puerta.

Instintivamente se quitó la joven de su ventana; pero después se volvió a asomar, diciéndose: «Si aquí no puede verme... Lo que menos piensa él es que está tan cerca de ... Vamos; da la vuelta... Se ha metido por los soportales.

El pobre niño tuvo que experimentar no sólo un trabajo excesivo, superior a su edad, sino una serie de castigos crueles, malévolos, refinados. Y D.ª Filomena, que era la dulzura personificada, que jamás había levantado la mano sobre su hijo, consentía impasible que aquel hombre lo azotase despiadadamente. Acallaba su conciencia diciéndose que era para su bien.

La Nela no respondió porque estaba su espíritu ocupado en platicar consigo mismo, diciéndose: ¿Qué es lo que yo tengo?... No puede ser maleficio, porque lo que tengo dentro de no es la figura feísima y negra del demonio malo, sino una cosa celestial, una cara, una sonrisa y un modo de mirar que, o yo estoy tonta, o son de la misma Virgen María en persona.

Don Juan, loco de contento, dio la vuelta hacia San Antonio, diciéndose mentalmente: «Es indudable que se ha casado por despecho; todavía me quiere..., ha consentido en que nos veamos, lo ha jurado por su hijo, ¡pobrecilla!, y después ha dicho 'prudencia', es decir, todo se arreglará. El arreglo corre de mi cuenta. La cosa no es tan fácil como parece. Vamos a cuentas.

Acabó por acostarse en la arena para dormir el resto de la noche, diciéndose que al día siguiente tendría noticias más exactas de lo ocurrido. No le iban á dejar olvidado en aquella playa.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando