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Actualizado: 7 de septiembre de 2025
El plazo no podía menos de ser desgraciadamente muy corto, porque Churruca se moría a toda prisa, y cuantos le asistíamos nos asombrábamos de que alentara todavía un cuerpo en tal estado; y era que le conservaba así la fuerza del espíritu, apegado con irresistible empeño a la vida, porque para él en aquella ocasión vivir era un deber.
Desgraciadamente, el cajero se encarga siempre de refrescársela a uno.... ¡Bueno! añadió, viendo que su mujer no replicaba . Pues no he subido a otra cosa más que a hacerte una pregunta, y es la siguiente: ¿Crees que las cosas pueden seguir de este modo? No entiendo. Me explicaré: ¿crees que puedes seguir tomando de la caja cada pocos días cantidades tan crecidas como éstas?
Pero, desgraciadamente, hacía ya mucho tiempo que le adornaban estas buenas cualidades... porque tenía 67 años, con un aditamento de varias heridas y reumatismo, a lo que había que agregar la gota con todas sus prerrogativas, es decir, la impaciencia, la acritud y un humor endiablado: fuera de esto, era extremadamente amable siempre que no estaba enfermo... y solía estarlo diez meses al año.
Y el padre, aunque no estaba menos angustiado que su hijo, también tuvo una nueva puerta que cerrarle y un nuevo clavo que hundir en su corazón. No, no es eso que tu crees, hijo mío. ¡Ojalá lo fuera! Tu madre, desgraciadamente, no habla ahora sin muy graves fundamentos.
Entonces se vio al marquesito soltar la pistola, llevarse ambas manos al pecho, sonreír de un modo doloroso y dando media vuelta desplomarse de bruces sobre la tierra con un ruido sordo que heló la sangre de los circunstantes. Los dos médicos se precipitaron a su socorro. Desgraciadamente se cercioraron en seguida de que estaba muerto.
Como ustedes ven, el excelente hombre deseaba hacerme un verdadero obsequio. Desgraciadamente, algunos días después de su partida, estalló la guerra en Alemania, y no volví a oír hablar más de mi tragedia.
¿Usted? dijo la señorita de Porhoet, haciendo alto súbitamente, ¿usted es un Champcey d'Hauterive? Desgraciadamente, sí, señorita. Eso cambia la especie dijo; déme, primo, su brazo, y cuénteme su historia. Creí que en el estado en que las cosas se hallaban, lo mejor era no ocultarle nada.
Como en el cuerpo animal, las arterias y las venas se acompañan; un círculo no interrumpido se forma entra la corriente que lleva la vida y la que produciría la muerte. Desgraciadamente, el organismo artificial de las ciudades, está lejos todavía de parecerse por su perfección á los organismos naturales de los cuerpos vivos.
Contuvo la respiración un momento, con su mano puesta instintivamente sobre su pecho, como si hubiera querido tranquilizar los fuertes y violentos latidos de su corazón. ¡Ah! desgraciadamente lo es replicó. Ahora conozco la verdad, la verdad terrible... espantosa. Y, sin añadir una palabra más, se cubrió el rostro con sus manos y estalló en un mar de lágrimas.
La señora de Laroque se dirigió entonces hacia mí, manifestando en su aire de distracción la poca esperanza que tenía de hallar á su encargado de negocios muy al corriente de estas cosas; pero precisa y desgraciadamente, son las únicas que conozco. Había oído en Italia la ópera que acababa de darse en Francia por la primera vez.
Palabra del Dia
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