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Actualizado: 13 de junio de 2025


El noble se descubrió y deteniendo su caballo á la puerta de la modesta capilla, rogó en alta voz á la Reina de los Cielos que bendijese sus armas y las de sus soldados en la próxima campaña. Una limosna, mis buenos señores, dijo entonces el mendigo, con voz suplicante. Favoreced á este pobre ciego, que hace veinte años no ve la luz del día. ¿Cómo perdisteis la vista, abuelo? preguntó el barón.

Llegó Felipe IV, descubrió el cuadro y al preguntar cuyo era. Pareja se arrojó a sus pies: entonces el monarca dijo a Velázquez. «Advertid que quien tiene esta habilidad no puede ser esclavo». Su dueño le hizo libre en el acto: mas Pareja toda la vida continuó sirviéndole, y muerto él a su hija y su yerno. En verdad que dice mucho en favor del amo esta segunda y voluntaria sujeción del siervo.

La amazona vio al joven en el balcón, descubrió los blancos dientes en una sonrisa y respondió amablemente con una señal del látigo al profundo saludo, devuelto por su compañero con una tiesura enteramente británica. ¿Quién es esa joven, amigo mío? preguntó la tía Liette, a quien Carlos no había oído entrar.

Ella lo hizo así, y mostró ser lo que jamás se pudiera pensar, porque descubrió el rostro de doña Rodríguez, la dueña de casa, y la otra enlutada era su hija, la burlada del hijo del labrador rico. Admiráronse todos aquellos que la conocían, y más los duques que ninguno; que, puesto que la tenían por boba y de buena pasta, no por tanto que viniese a hacer locuras.

Otro día descubrió la condesa, que jugaba peor que ella al tresillo, y que era un compañero a quien de vez en cuando se le podía dar codillo: desde entonces le miró con simpatía y le invitaba con frecuencia a hacer el cuarto.

Buscando un pasaje que condujera al océano Pacífico, el navegante español, Juan de Solís, descubrió el río de la Plata en 1516. Sebastián Cabot lo remontó en 1552 y le dió el nombre que todavía conserva. Esta comarca fué colonizada por exploradores del Perú y de Chile.

«Partió el general de estas islas, que llamó de las Velas latinas ó el archipiélago de San Lázaro, que es el que conservan, aunque se les añadió el de las Marianas: navegó 300 leguas con las proas al Occidente; descubrió muchas islas abundantes en mantenimientos, entendía su lengua un indio que llevaba Magallanes, que fué un total alivio: lo primero fué el cabo de San Agustín, punta austral de la gran isla de Mindanao: costeó la provincia de Caraga; entró por el estrecho de Siargao, que le forma la punta Banajao con la isla de Leyte; reparó en la isla de Limasaua, que está en la boca: á la novedad de gente y navíos acudieron pacíficos los naturales, y sabida su necesidad la socorrieron con un buen refresco; mostráronseles muy favorables, y les dejaron papeles en gratificación de sus agasajos; con ellos adquirieron cédulas reales que honran á su principal con el magnífico título de Príncipe... Con el buen rendimiento de los de Limasaua, descansaron y se refocilaron de sus pasadas miserias: tuvo noticia aquí Magallanes del río de Butuan, cuyo Datto ó Régulo era más poderoso: resolvió ir á su boca con las esperanzas de la fama: correspondió á ellas el Príncipe: envió una embajada con diez hombres á inquirir ¿qué navíos y qué gente?

Y pocos años ha, en medio del reyno de Mégico, mucho mas poblado de cristianos que estas partes, se descubrió una nacion hasta política, de quien existian varias dudas de si la habria ó no. Con que habiendo aquí mas dificultades que en lo dicho, no debe hacer fuerza el que hasta ahora no se haya descubierto.

Pero inmediatamente pensó que, aunque miss Margaret no era de gran estatura, jamás habría podido él mantenerla sobre una de sus manos, como si fuese un objeto de bolsillo. No podía ser miss Margaret, y siguiendo una deducción lógica, descubrió que la que tenía ante sus ojos era simplemente Popito.

Petra dijo Dorotea á una doncella que estaba esperándola en su cuarto , ve y di al autor que por no tiene necesidad de detener la función. La doncella, después de tomar el manto de su señora, salió á cumplir su encargo. Juan Montiño, á una indicación de Dorotea, que se había sentado en el canapé, se sentó en un sillón y se descubrió.

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