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Actualizado: 29 de junio de 2025
Granate quiso advertirlo, miró a Paco con recelo y volvió a mostrarse desconfiado y reacio algunos días. Llegó un momento, sin embargo, en que el indiano creyó en sus palabras. Fue después de haberle oído en el Casino desde una habitación contigua atacar duramente al conde de Onís. Aquel día se decidió a darle crédito y convino con él la manera de llevar a cabo la petición que le aconsejaba.
Esto sería ridículo por varios motivos; porque haría sospechar que era un celoso desconfiado, lo cual redundaría en menosprecio tuyo, o porque haría presumir que era un hombre incapaz, baldío, que no tenía negocios en qué emplearse; pero, en fin, aun cuando tu marido fuera a menudo a mi casa, doy por cierto que, lejos de pesarle, se alegraría. Allí van no pocos sujetos de su posición.
Pues de todo esto se olvidaba don Simón al verse rodeado de tanto caballero. Dirigía la cabalgata uno de los seis caciques, hombre enjuto, moreno, largo de nariz y penetrante de mirada; casi imberbe, aunque ya picaba en viejo; poco hablador, pero al caso, y desconfiado hasta de su sombra.
Tú eres la que me has formado. Se miraron, él desconfiado, ella, ya exasperada. Si no hubiera sido abandonada por Herminia, no me tendrías á tu discreción. Bien lo sé. Debías haberte conducido con Herminia de modo tal que la hiciese incorruptible. Mira como Mauricio no me ha abandonado ... ¿Y por qué el uno ha sido fiel, mientras la otra me ha hecho traición? Voy á explicártelo.
Confuso y desconfiado ya, apenas sabia adonde volverse: insistió en su antiguo sistema de moderacion, no porque lo creyese mas eficaz, sino porque le repugnaba derramar en luchas estériles mas sangre. Sufria en tanto el pueblo é ignoraba la causa de su sufrimiento. Cansado de padecer, la atribuyó como de ordinario á su califa y le depuso.
Sale don Bernardino, receloso, y don Raimundo, desconfiado, y Rocchio, un corredor que teme ser corrido, y la turba de jovenzuelos bulliciosa; la ceremonia ha concluído y parece oírse el galop final de endiablada orquesta.
Pero mi vanidad fue cruelmente castigada, porque advertí un día que se me hacía repetir con demasiada frecuencia mis desgracias. Más desconfiado, estudié aquellas almas generosas, y escuché las reflexiones que hacían nacer mis confesiones. Entonces pude apreciar el interés que se tenía por el hombre que ha sufrido mucho. Al principio quedé anonadado, después me dio risa.
Y el oro, desconfiado como ninguno, asentado con firmeza sobre el 348, no se movía, imperturbable; apostrofábanle los bajistas, le hostigaban los alcistas, y él, quieto, cansado, sin duda, de su ascensión violenta, esperando nuevas fuerzas para seguir su vuelo de águila. Esteven, entretanto, se irritaba.
Pero poco importa su belleza. Si el rey la admira, el pastor la odia, y le ha declarado guerra mortal, por enemiga del rebaño. Pronto no habrá águilas, buitres ni gipactos más que en los museos: ya no se ve en muchas montañas ni un nido, ó el único que queda no guarda más que un pajarraco solitario y desconfiado, viejo, medio tullido y comido por los parásitos.
Adviértase de paso que los dramáticos españoles, cuando intentan ensalzar el triunfo de la fe y de la gracia divina sobre el pecado, pintan á éste con los más vivos colores: así lo vemos en el Condenado por desconfiado, de Tirso de Molina; en La devoción de la cruz y en El purgatorio de San Patricio, de Calderón.
Palabra del Dia
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