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Actualizado: 3 de junio de 2025
Pues entre nosotros los curas, pasa por una gran verdad que la conciencia se descarga más fácilmente teniendo el estómago repleto que vacío. Conque así, mi amigo, antes de pasar adelante va usted á fortalecer el suyo con algo que le voy á dar... Porque ha de saber usted, señorito, que yo tengo siempre de repuesto en esta alacena un poco de lastre para los pecadores.
Sofocado y anheloso, el pobre diablo hubiera querido echarse a los pies de su jefe, pero no era aquel el momento, y, sin más tardanzas ni protestas ociosas, le cogió en sus vigorosos brazos y se le llevó corriendo hasta el Blockhaus, al que llegó jadeando y no sin sufrir una descarga general. Carlos estaba salvado. Ragasse domado.
Llegado que hubo a un alojamiento, se enciende fuego para cenar, y Gutiérrez se comide a soplarlo. El oficial le descarga un palo; sucédense otros, y los sesos saltan por los alrededores. Un chasque sale inmediatamente, avisando al gobernador Moral, que habiendo querido fugarse el reo... El oficial no sabía escribir, y entre las provisiones de viaje había traído desde La Rioja el oficio cerrado.
Fue con un pobre pastor, que murió fusilado por no haber querido ser traidor. Estaba de rodillas en el momento de recibir la muerte, y en vano procuraba alejarte de su lado. Pidió que te apartasen, y nadie se atrevía. Sonó la descarga, y tú, fiel amigo del desventurado, caíste mortalmente herido al lado del cuerpo exánime de tu amo.
Todos ellos sentían sobre sus roses una continua descarga de miradas de odio, que, a pesar de no merecer, recibían con la resignación del que está avezado a padecer injusticias. Pronto dejaron las últimas casas del pueblo y entraron en la carretera, cuyo primer trozo estaba guarnecido de altos álamos. El cielo seguía negro y espeso, envolviendo en tinieblas a la tierra.
Cuando en la Camargue descarga un huracán, terrible en esa gran llanura donde nada lo desvía ni lo detiene, es curioso ver replegarse la manada detrás de su jefe, con todas las cabezas inclinadas, volviendo hacia el lado de donde el viento sopla, esas anchas testuces en que se condensa la fuerza del buey.
Otros varones, sesudos y de luminosas ideas, proponían, con el mismo piadoso deseo, colocarse simplemente al lado de la vía, cuando pasase el tren cerca de la Presa, y hacer una descarga cerrada sobre el coche que llevase á la grandísima... tal.
Presentía una descarga general, una granizada de balas. Pero los perseguidores dudaron unos segundos, desorientados por la obscuridad, no sabiendo si era el capitán el que había caído por segunda vez. Sólo al ver á un hombre que corría hacia el buque conocieron su error y reanudaron los disparos. Ferragut pasó entre las balas, por el borde del muelle, á lo largo del Mare nostrum.
«Soltar mí, soltar mí tú... dijo el ciego estremeciéndose de la cabeza a los pies, cual si recibiese una descarga eléctrica . Mala tú, gañadora tú... matar yo ti».
Más adelante, la gran plaza del combés estaba oculta bajo un toldo de lona, y de esta tienda surgía el palo trinquete, un gran mástil de acero amarillo y hueco, semejante a un alminar, en torno del cual se alineaban los brazos de descarga, cirios gigantescos atados en haz alrededor de la cofa.
Palabra del Dia
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