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Actualizado: 29 de julio de 2025
En cuanto a mí, sonrío con piedad ante los cuidados pueriles que el hombre siente, mientras que el tiempo arrastra en su porvenir siempre naciente el corto presente de que gozan; y al considerar que la vida no es más que un momento que huye en medio de la inmensa eternidad, siento que mis penas disminuyen. 19 de octubre.
Si carecía de familia, gozaba de preciosísima libertad, y como sus necesidades eran escasas, vivía holgadamente de su trabajo, sin deber nada á nadie, sin que le quitaran el sueño cuidados ni ambiciones; pobre, pero tranquilo; desnudo el cuerpo, pero lleno de paz sabrosa el espíritu. Pues á pesar de esto, el señor de Migajas no era feliz. ¿Por qué?
Zenobia hace entonces la mayor obra de caridad que jamás ha hecho. Apeles se postra de hinojos á sus plantas, y ella pone la mano en la frente y borra el signo fatídico que le retiene en la vida. El Genio de la muerte, Pausanias, el apaciguador ó libertador de los cuidados, acude entonces, se interpone entre Apeles y Zenobia, y Apeles muere.
Cuando Gabriel bajaba a verla en el jardín, le recibía con el mismo saludo: ¡Hola, estantigua! Hoy tienes mejor cara; te vas apañando. Parece que tu hermano te sacará adelante con tantos cuidados. Luego venía la comparación entre su vejez sana y vigorosa y aquella juventud arruinada que se defendía tenazmente de la muerte. Aquí ves mis sesenta años: ni una enfermedad en toda mi vida.
La levantaron, la prodigaron mil cuidados. Al recobrar el sentido brotó de sus ojos un raudal de lágrimas; no cesó de llorar en toda la tarde. Cuando la comitiva se puso de nuevo en marcha hacia la población aún seguía llorando. ¿Han visto ustedes qué vino más llorón tiene esta niña de Estrada-Rosa? decía riendo el capitán Núñez. La mascarada.
Y allí, fuera del pueblo, en las aldeas vecinas adonde le llevaban a menudo los cuidados de la hacienda propia y negocios ajenos, llegó a ser, valga la verdad, el Abraham Pater Orchamus irresponsable de un gran pueblo de hijos naturales, muchos adulterinos.
Si yo me atreviera huiría con vosotros, sería el último, pero artista, independiente, libre, sin miedo al porvenir, sin pensar en él, pensando en la música... ¿Creéis que no os comprendo? ¡Cuántas veces leo en vuestro rostro las preocupaciones que os afligen, los cuidados del mañana incierto!
Desde que empezó la funesta guerra de Cuba hasta el día de hoy, en medio de los enormes disgustos y cuidados que nos afligen, algo hay que celebrar, sirviéndonos de consuelo y dándonos esperanza de un éxito dichoso.
La tía creía encontrarlo muy claro; pero Judit se negaba a comprenderlo. Cuando dieron las once de la noche, encontrábase ya dispuesta la cena más exquisita y delicada, preparada por los cuidados de la señora Bonnivet. En cuanto a Judit, nada escuchaba ni veía; limitábase a esperar. ¡Esperar! ¡Todas las facultades de su alma se concentraban o resumían en esta idea!...
Los hay que se espantan, los hay que se encogen, hágase lo que se haga... En fin, adelante. Un poco de todo eso era el patio de Krakowitz. Graneros espléndidos... carretones mal cuidados... magníficos montones de estiércol, y caballerizas en desorden.
Palabra del Dia
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