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Actualizado: 20 de mayo de 2025
Días después redujeron a prisión, en el Castillo del Príncipe, a Rafael María de Mendive, más tarde deportado a Santander: y cuentan que Martí, ansioso de ver a su amado maestro, se fue al Gobierno, y sin más recomendación que su persona, consiguió un pase para poderlo visitar: y allí iba él diariamente, al calabozo del cubano prisionero, a llevarle el consuelo de su agradecimiento y su ternura.
Tan ultrajados hemos vivido los cubanos, que en mí es locura el deseo, y roca la determinación de ver guiadas las cosas de mi tierra de manera que se respete como a persona sagrada la persona de cada cubano, y se reconozca que en las cosas del país no hay más voluntad que la que exprese el país, ni ha de pensarse en más interés que en el suyo». Una noche de conmemoración gloriosa, en ese tiempo, al ir a ocupar Martí la tribuna, el auditorio pidió con marcadas muestras de hostilidad, que hablara otro antes que él, otro que era patriota.
Según muchos políticos y estadistas españoles, entre los cuales cita el Sr. Merchán á D. Francisco Silvela, en un discurso que pronunció en el Congreso el 12 de Febrero del año pasado, Cuba, desde hace tiempo, es una carga para España. Contra esto se encoleriza extraordinariamente el Sr. Merchán y siente herida su vanidad de cubano.
Y el 28 del mismo mes, salió de nuevo para New York, en donde a los pocos días recibió un ejemplar del periódico El Yara, de Cayo Hueso, que dirigía el irreductible cubano José Dolores Poyo, y en el que se expresaba vivamente el deseo de que les hiciera una visita.
Anunciado que en una velada, patrocinada por el club «Los Independientes» de New York, que había de celebrarse en recordación de los héroes del 10 de octubre de 1868, tomaría parte principal Martí, quien desempeñaba el cargo de Cónsul General de la Argentina, Uruguay y Paraguay en dicha ciudad, el Ministro de España protestó ante los respectivos Gobiernos, y él, con un desprendimiento asombroso, renunció a sus cargos diciendo: «¡Antes que todo cubano!». Hay hombres que suben, como suben las zarzas y las piedras que tienen en su cúspide las montañas: otros son montañas y las coronan flores y las visitan víboras.
Su voz algo aflautada sólo rendía el pabellón ante el ceceo cubano de la Amézaga capitana. Oigamos el concertante. Pues éste lo compré hoy decía Lola remangando desenfadadamente la manga de su vestido de muselina rosa con lazos de raso granate obscuro, y enseñando un brazalete de cuyo aro pendía un cochinillo retorcido de rabo y potente de lomo, ejecutado en fino esmalte.
Ambas Castillas están pobres y desoladas. Los palacios de los peninsulares enriquecidos en Cuba son más difíciles de hallar que los de Dulcinea. Y no hay monumento de algún valer que no se haya erigido con dinero nuestro y no cubano.
El soldado cubano se siente satisfecho porque ha cumplido con un deber; pero se siente mucho más satisfecho porque el pueblo cubano lo festeja y agasaja y los soldados sabemos que ese es el único premio á que podemos aspirar por nuestros servicios á la Patria.
Dado lo que era la guerra de los cubanos contra España, aquella era, para tal guerra, una brillante operación militar; pero si realmente se le anunciaba al mundo, como se le anunció, que el Ejército cubano se había apoderado de Santa Clara, de la capital de la provincia central de la isla y que allí se había hecho fuerte contra las tropas españolas, la noticia tenía el inconveniente de su exagerada importancia; y cuando se supo después lo que había pasado realmente, la cosa pareció pequeña, precisamente en virtud de su exageración; y el resultado fue que los periódicos franceses, más tarde, cuando recibían algunas noticias por nuestro conducto ponían delante de ellas, con letra bastardilla, «Source Cubaine», para dar a entender que todo aquello era sospechoso de exageración, si no de mentira.
Y lo que más lamento es que en los Estados Unidos se haya sutilizado y alambicado tanto el uso ó el abuso, que no reclaman sólo en favor de legítimos, castizos y nativos anglo-americanos, sino en favor de cualquier cubano rebelde que se va á la gran república huyendo de la autoridad española por delitos políticos que su nueva patria adoptiva no considera como tales.
Palabra del Dia
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