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Actualizado: 18 de junio de 2025
Ya estamos otra vez en la Fontana; ya somos dueños del club, de nuestro club; ya se fué aquella horda de necios. Esta noche hablará usted y será aplaudido. Sabrán apreciar lo que usted vale. ¡Ah! yo no hablo más replicó Lázaro con cierta amargura, porque se había llegado á convencer de que no había nacido para la tribuna.
Diga lo que quiera mi esposo, si Crespo no viene a prepararme la caña y a convencer a las truchas de que se dejen pescar no haremos nada. Adiós otra vez. La esclava de su régimen, q. b. s. m., Anita Ozores de Quintanar». Después de firmar y cerrar esta carta, Ana se puso a continuar otra que había empezado a escribir por la mañana. Ahora la pluma corría menos, se detenía en los perfiles.
Más adelante meditando mucho, acabó por entender algo de aquello. Se la quiso convencer de que había cometido un gran pecado. La llevaron a la iglesia de la aldea y la hicieron confesarse. No supo contestar al cura y este declaró al aya que no servía la niña para el caso todavía, porque por ignorancia o por malicia, ocultaba sus pecadillos.
Por disputas pueriles conmigo, que ningún daño le hice, por si en casa debían o no observarse ciertos deberes religiosos, Pepe ha llevado las cosas a un extremo que Vd. juzgará. Logré convencer a Leocadia... y, la verdad, nunca me lo ha perdonado.
Con ese mismo cuchillo se matará esta noche, si no llego a tiempo. ¿Quieres llevarme a su casa? Mantoux hizo nuevas protestas de que ignoraba el domicilio de la viuda, pero no pudo convencer al insensato viejo. Hasta las diez de la noche, el señor de La Tour de Embleuse le siguió a todas partes, al jardín, a la despensa, a la cocina, con la paciencia de un salvaje.
Conocí que no estaba el señor de Sans-délai muy dispuesto a dejarse convencer sino por la experiencia, y callé por entonces, bien seguro de que no tardarían mucho los hechos en hablar por mí.
El día de Carnaval, Joshé Cracasch tuvo una idea de las suyas y fué convencer a su discípulo para que sacara los trajes de su madre y de una hermana. Se disfrazarían los dos y darían a la familia Arizmendi una broma graciosísima. Ahora sí que se van a reir decía Cacochipi en su interior.
Bueno... el casamiento ante todo; que, después, ya sabré librarme de él. Había que tragar todavía una píldora bastante gorda. Convencer a Lotario de que el viejo había reconocido su error y renunciaba a seguir el pleito. Eso anduvo como sobre rieles. Lotario se sorprendió tan poco que se olvidó de agradecérmelo... ¡En fin, qué quieren ustedes!
Un hábil tintorero estaba en su laboratorio ocupado en las tareas de su profesion. Acertó á entrar un observador minucioso, razonador muy analítico, y entabló desde luego discusion sobre los tintes y sus efectos, proponiéndose nada ménos que convencer al tintorero, de que iba á echar á perder las preciosas telas á que se aplicarian sus composiciones.
Bueno, no hablemos más concluyó Diana; no quiero arrancar de tu corazón recuerdos tan tenaces, pero podríamos distraernos paseando, ¿qué te parece? Hoy se verifica un match interesante en el Tennis-Club, ¿vamos? María Teresa se dejó convencer; se divertía siempre en las partidas de tennis que se organizaban todas las tardes en su casa, en el Club, o en las villas vecinas.
Palabra del Dia
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