United States or United Kingdom ? Vote for the TOP Country of the Week !


Pediría a Dios que curase a aquel hombre tan bueno, a aquel modelo de los padres de familia... «¡Cuánto siento que no pueda usted venir esta noche a mi casa!... De seguro estará la reunión muy brillante, y en cuanto al buffet será de lo más espléndido... Ya, ya le contaré a usted cómo... Hay para rato».

Se lo contaré en cuanto se vaya Cándida. ¡Pero si viera usted qué pocas esperanzas tengo!... Mejor dicho, no tongo ninguna... ¡Y yo!, ¿y yo, que me veo en un conflicto igual? ¿Qué inventaré yo de aquí a mañana?... Y ahora que me ocurre, ¿por qué no acude usted a su hermana? Por Dios, hija, no cómo dice usted eso. ¡Mi hermana!... ¡Me ha salvado ya tantas veces! ¡He abusado tanto! No puede ser.

Y como yo así le pedía que siguiera hablando, nos contó un cuento jocoso de ese mismo autor, titulado "La Nariz", sobre un panadero que un día se despierta, se mira al espejo y observa muy asustado que ha perdido la nariz. Y entonces, la mujer del panadero... ¡Oh, Camucha, después me lo contarás! Ahora sigamos, que ella puede venir de un momento a otro. , después te contaré, te morirás de risa.

¿Se atreve usted á negarlo? dijo Paz, dando algunos pasos hacia ella con el resplandor de la ira en los ojos. Yo ... no dijo Clara, retrocediendo con espanto. ... lo niego. Después añadió, haciendo un esfuerzo por calmarse y calmar á su juez: Óigame usted, señora: yo le contaré la verdad; le diré lo que ha sido. Yo soy inocente; yo no he permitido.... ¡Jesús, Jesús!

¡Yo bien, , lo que hay en todo esto; lo que se necesita para mover los asuntos, son recomendaciones, cartitas, empeños ... y aceite para la máquina!... ¡Pero, déjese usted estar; yo veré al ministro y le contaré lo que pasa! ¡Se ponen ustedes a charlar y a tomar , y no llevan los asuntos a la firma! ¡Ya verán ustedes el trote que les voy a meter!

Para que no te rías de un miembro de la familia, te contaré que Don Joaquín de Herrera Goya fué antepasado mío, aunque no en línea recta, pues murió soltero; su hermana, mi cuarta abuela, heredó de él esta hacienda y no si a ella se deba tan hermosa estatua.

Despechada entonces la muchacha, partió la naranja y vio que por dentro era como las demás. Se la comió, y le supo a lo mismo que cuantas naranjas había comido antes. Ya apenas dudó de que había soñado. Ningún objeto tengo, añadió, con que convencerme a propia de la realidad de lo que he visto; mas iré a ver a la Princesa y se lo contaré todo, por lo que pueda importarle.

-No me puedo detener, señor -respondió el hombre-, porque las armas que veis que aquí llevo han de servir mañana; y así, me es forzoso el no detenerme, y a Dios. Pero si quisiéredes saber para qué las llevo, en la venta que está más arriba de la ermita pienso alojar esta noche; y si es que hacéis este mesmo camino, allí me hallaréis, donde os contaré maravillas. Y a Dios otra vez.

En cuanto al valor, no quisiera más que un regimiento de granaderos por ese estilo, para asaltar a Numancia o Zaragoza. Contaré a ustedes lo que ha pasado dijo entonces uno de los concurrentes . Cuando llegó, hace tres meses, esta compañía italiana, nuestra prima donna futura tomó por temporada uno de los palcos más próximos al tablado.

Pues bien, entonces tendré confianza en usted y le contaré la mitad de mis proyectos... Veo en la cara de Marenval que me quisiera ver más reservado, pero, ¡que diablo! yo me arriesgo... Arriésguese usted, querido amigo, dijo Marenval, pero empiece por advertir á miss Harvey las consecuencias que puede tener nuestra empresa para cierta persona que le toca muy de cerca...