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Actualizado: 18 de octubre de 2025
Pensó confusamente, en aquel momento, lo mismo que todos los personajes simples de la Presa que corrían enloquecidos detrás de la Torrebianca: «Esta es la verdadera mujer. Sólo merecen admiración las hembras que han conocido la vida elegante.» Vagaron las manos de él sobre los relieves del cuerpo adorable, intentando libertarlos del encierro de las ropas...
¡Las cosas que han ocurrido desde la última vez que estuve aquí!... Se ensombreció el rostro de Robledo al recordar éste sus luchas durante dos años para conseguir que se reanudasen las obras en el río Negro. Había conocido las angustias que proporcionan las deudas crecientes y las reclamaciones de acreedores que no pueden satisfacerse.
Y qualquiera que hablâre contra el Hijo del hombre, le šerá perdonado: mas qualquiera que hablare contra el Ešpiritu Sanckto, no le šerá perdonado ni en ešte šiglo ni en el venidero. O hazed el arbol bueno, y šu fruto bueno; o hazed el arbol podrido, y šu fruto podrido: porque del fruto es conocido el arbol.
Estos otros jóvenes que habéis conocido son ahora ricos en dinero, que no en ideas ni en espiritualidad; tampoco lo serán mañana en dinero, pues su vida dispendiosa y absurda lo hará volar. Junto a tales hombres la vida de una mujer inteligente es aburrida, tediosa, y su porvenir negro.
Con voz amenazadora hizo memoria de un pasaje clásico bien conocido del profesor. Su homónimo el viejo Ulises, al volver á su palacio, había encontrado á Penélope rodeada de pretendientes, y acababa con ellos colgándoles de una escarpia por la parte más viril y dolorosa.
Porque sé que eres sabida, en que me quieres me afirmo; que nunca fue desdichado amor que fue conocido. Bien es verdad que tal vez, Olalla, me has dado indicio que tienes de bronce el alma y el blanco pecho de risco. Mas allá entre tus reproches y honestísimos desvíos, tal vez la esperanza muestra la orilla de su vestido.
Yo hablaré dijo Martín a su cuñado tu no digas nada. A la luz de un farol, se veía un cuarto, de cuyo techo colgaban mazorcas de maíz, y una mesa de pino, a la cual estaban sentados dos hombres. Uno de ellos era el Cura, el otro su teniente, un cabecilla conocido por el apodo de el Jabonero. Buenas noches dijo Zalacaín en vascuence. Buenas noches contestó el Jabonero amablemente.
Se comprende, desde luego, que sólo indicaremos sus rasgos más generales, externos y ordinarios, puesto que, en sus accidentes, ha sufrido el drama nacional distintas modificaciones, debidas á diversos poetas, y tomado vario aspecto, que será conocido más tarde, cuando tratemos de cada uno de ellos. I. La comedia constituye el elemento más importante, el centro verdadero del teatro español.
Mas de pronto, y cuando se había dado orden para la cena, sonaron fuertes aldabonazos en la puerta; fui a abrir corriendo, y era él. Antes de abrirle, mi odio le había conocido. Aún me parece que le estoy viendo, cuando se presentó delante de mí, sacudiendo su capa, mojada por la lluvia. Siempre que le traigo a la memoria, se me representa como le vi en aquella ocasión.
Por él supo que su prima Eulalia se casaba al fin con Arturo Valle, el joven abolicionista que había conocido en casa de tío Bernardo, quien había consentido en este matrimonio en vista de que Valle iba templando un poco sus opiniones avanzadas y había renunciado a los banquetes antiesclavistas.
Palabra del Dia
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