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Actualizado: 18 de octubre de 2025


Coleta había conocido a este animal. Cazaba los gamos a la carrera en medio de la noche; no había venado que le resistiese. Una vez hizo ganar a su amo cerca de tres mil reales.

Juzgad por vos mismo, Mathys. Mientras estabais en viaje, la señora me hizo llamar. Me interrogó durante más de una hora para convencerse de que yo estaba dispuesta a asociarme a ella contra vos. Intentó volveros tan perverso y miserable ante mis ojos, que os hubiera tomado por un demonio si no os hubiera conocido. Me ha prometido una fortuna y una existencia feliz hasta el fin de mis días.

El marqués de * acaba de llegar de París, quería mandarla a limpiar, y no conociendo a ningún relojero en Madrid, le prometí enviársela al mío. Sigue. Pero mi suerte lo dispuso de otra manera: tenía yo aquel día un compromiso de honor; la baronesita y yo habíamos quedado en ir juntos a Chamartín a pasar un día; era imposible ir en su coche; es demasiado conocido... Adelante.

»Lo que el doctor estaba diciendo a su hija, era lo mismo que yo quería pedirle. ¡Oh! Siempre aquel hombre había de anticipárseme en todo. »Pronunció algunas palabras más en voz baja; se levantó y yo no pude contener mi asombro al verle dirigirse en derechura hacia . Me había visto y me había conocido.

Gabriel sintió que le tiraban de la chaqueta, y al volverse vio a la jardinera. Ven, sobrino. Ya la tenemos ahí. Te espera en el claustro. Al salir, la señora Tomasa le mostró una mujer adosada al zócalo de piedra del jardín, encogida, envuelta en un mantón raído, con el pañuelo de la cabeza echado sobre los ojos. Gabriel no la hubiese conocido nunca.

Gozaba de mucha popularidad en la comarca, siendo conocido por su nombre lo mismo en la villa que en los caseríos del concejo. Entre los perros también era bien quisto. Todos confesaban que tenía una razón muy clara y le juzgaban incapaz de jugar una perrada á nadie. Si la raza canina convocase un parlamento, el Canelo sería indudablemente el candidato indicado para aquel distrito.

Era una verdadera madre la mujercita de la dulce sonrisa. En aquel grupo de conmovedora miseria había algo que él no había conocido jamás, y los dos pobres chicuelos, martirizados por el hambre, destinados a vivir como parias de la sociedad, gozaban lo que él, criado entre lujo y ostentación, no había tenido nunca.

Por lo pronto, allí le tenía para servirme en lo que quisiera mandarle... Nardo Cucón, el «Tarumbo», si lo quería más llano y conocido, porque así le llamaban de mote, no sabía por qué, pero era la pura verdad que no le ofendía... En fin, ya estaba cerrado el boquete...

Pero siempre «papelitos cantan». Aquí no tenemos nada de eso, felizmente. Nos limitamos a decir: «apellido conocido», «gente bien», «buena familia». Estos títulos que acaso sean los mejores, los verdaderamente meritorios constituyen nuestra alta clase social. Yo no explicar mejor el fenómeno: pero creo que lo dicho basta como esbozo de nuestro gran mundo.

Oye, Edmundo dijo un ciudadano prominente, conocido por León, dirigiéndose a uno de los curiosos. Entra aquí y mira lo que puedas hacer, que tienes experiencia en estas cosas. Y a la verdad que la elección no podía ser más acertada. Edmundo en otros climas había sido la cabeza putativa de dos familias.

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