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¡Qué poco es eso, Genoveva, cuando no se escudriñan los últimos pliegues de la conciencia! Dígame, señorita, ¿ha visto en sueños hoy, como las noches pasadas, el hermoso pájaro de plumas de fuego con la cruz en el pico? María se detuvo repentinamente y se llevó la mano al pecho, como si hubiese recibido un golpe. Después volvió a emprender la marcha y exclamó sordamente: Esta noche no podía verlo.

El examen de conciencia de sus pecados de la temporada lo tenía hecho desde la víspera. El examen para aquella confesión general podía hacerlo acostada. Entró en la alcoba. Era grande, de altos artesones, estucada. La separaba del tocador un intercolumnio con elegantes colgaduras de satín granate. La Regenta dormía en una vulgarísima cama de matrimonio dorada, con pabellón blanco.

La experiencia existe, en esta misma conciencia de la relacion de todos los pensamientos al yo; en este punto al cual todos se ligan; la relacion al yo no es posible, si el yo no es algo; los pensamientos no pueden ligarse en el yo, si el yo es un puro nada. «Refiriendo, continúa Kant, el pensamiento al yo, no podríamos establecer por una observacion cierta una permanencia semejante; porque si bien el yo se halla en el fondo de todo pensamiento, no obstante ninguna intuicion propia para distinguirle de todo otro objeto perceptible, está ligada con esta representacionEs cierto que el yo permanente no le percibimos de la misma manera que los objetos de las demás intuiciones; pero le percibimos con el sentido íntimo, con esa presencia de que no podemos dudar, y que segun confiesa el mismo Kant, nos hace referir todos los pensamientos al yo como á un sujeto comun en el cual se ligan.

Pero tampoco cabe duda en que todas las operaciones y afecciones del alma, se ligan en un centro comun, como lo atestigua la conciencia.

«¡Oh santo Allah! las ansias exclamaron del postrado Jucef: ¡Oh Dios sombrío! y en sus ojos las lágrimas brotaron, y por su blanca barba resbalaron cual trasparentes gotas de rocío. ¿Por qué su maldicion? Pasan los años, pero no pasan nunca las memorias, que en la conciencia ennegrecida encienden siniestra luz entre la oscura sombra.

Creo que se puede desafiar á todos los filósofos del mundo, á que señalen en este silogismo una proposicion falsa, ni dudosa, ó indiquen un vicio en la consecuencia, si no quieren ponerse en abierta contradiccion, por una parte con el testimonio de la conciencia, y por otra con todas las leyes de la razon humana.

El chillido de la locomotora despertó la culpable conciencia de tres señoritas del Instituto Crammer que en aquel momento se regalaban en una calle vecina, en la dulcería de doña Brígida, comiendo pasteles.

¡Maldito Gutenberg! ¿Qué genio maléfico te inspiró tu diabólica invención? ¿Pues imprimieron los egipcios y los asirios, ni los griegos, ni los romanos? ¿Y no vivieron, y no dominaron? ¿Que eran más ignorantes, dices? ¿Cuántos murieron de esa enfermedad? ¿Qué remordimientos atormentaron la conciencia de Omar, que destruyó la biblioteca de Alejandría? ¿Que eran más bárbaros, añades?

Se diría que doña Luz procuraba taparse los oídos interiores del alma, y que, a pesar de esto, oía a veces una voz honda, delgada y penetrante, que la zahería, diciendo: «¿Es posible que hayas sido tan vana que hayas imaginado que te amaba este bendito siervo de Dios? ¿No es ridículo que te hayas atormentado de puro presuntuosa, calculando los estragos de un mal involuntario que suponías haber hecho? ¿No temes que el diablo se ría de ti, y que Dios también se ría, si en Dios cabe risa, cuando miren en lo interior de tu conciencia y vean cuánto te halagaba, a la par que te asustaba, la fatua invención de que ibas a matar de amor y de celos a este pobre fraile?

Pero el pensamiento de Melisa se sobrepuso en él, y en la noche de su primer encuentro, y tal vez con la superstición perdonable de que la mera casualidad no había guiado sus pies hacia la escuela, y con la conciencia satisfecha de la rara magnanimidad de su acción, venció su antipatía y se avistó con el reverendo. Mac Sangley se alegró de la visita en grado sumo.