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Actualizado: 8 de julio de 2025
Eppie quitó el brazo de atrás de la cabeza del tejedor y adelantó un paso. Sus mejillas estaban encendidas, pero no era de falso rubor: la idea de que su padre estaba sumido en la duda y, la angustia le había quitado esa especie de conciencia de sí misma.
Porque si en no suponiendo algo permanente, es imposible concebir cómo se ligan en una conciencia muchos fenómenos continuados en una serie no interrumpida, todavía es mas inconcebible cómo pueden ligarse, si suponemos interrumpida dicha serie, interponiéndose un cierto espacio de tiempo entre la existencia de los fenómenos que se ligan.
La brusquedad no retiene: ahuyenta. Cuanto más tarde llegue Daniel, más tierna y más solícita debes ser con él. No hay mejor apoyo para la mujer que la propia blandura de su corazón. Esto, que parece nuestra debilidad, es nuestra fuerza. Un día Daniel reconocerá que obra mal: le remorderá la conciencia, y el grato recuerdo de tu bondad le arrancará del Jockey Club.
Juan tenía conciencia de esto, mientras que María Teresa, acostumbrada a la adoración respetuosa de su amigo, la aceptaba como un testimonio del reconocimiento grabado en el corazón del niño salvado en otro tiempo por su padre.
«Mi buen hermano Francisco: Estoy enfermo de unas calenturas malignas; hace algún tiempo que tomaron muy mal aspecto, pero no he querido decírtelo; hoy tengo ya la certidumbre de que estas calenturas acabarán conmigo en un plazo brevísimo, y por una parte, una solemne promesa que hice á nuestro hermano Jerónimo cuando murió, y mi conciencia por otra, me obligan á traspasar á ti un gran secreto de familia.
Sí, en cuanto a la moral que observamos; pero ello nada tiene que ver con nuestros sentimientos religiosos. Que yo no tengo. Mira: no hay, no ha habido ni habrá jamás un ser humano que no sienta a Dios en su conciencia y en su pensamiento, mientras tenga una y otro.
Yo estoy seguro de que no tengo que perdonarte nada dijo el rey volviendo á su debilidad habitual, y procurando excusarse de entrar en explicaciones que le asustaban, porque á primera vista parecían graves. No, no; me habéis de oír: os lo suplico dijo la reina , necesito librar mi conciencia de este peso.
Navarro, al verle salir, dio un gran suspiro. ¿Era porque su conciencia estaba aún algo turbada o por desconsuelo de que sus amigos guerrearan mientras él se moría? Dejemos a Zorraquín subiendo a su caballo, cosa para él bien distinta de subir al púlpito. La tropa carlista salía de Elizondo.
Es claro que al hablar del pensamiento y del sujeto pensante, no podemos desentendernos de la experiencia, pues que nos es imposible prescindir de la base de todas las investigaciones psicológicas, yo pienso, cuya proposicion expresa un hecho de conciencia, un acto de experiencia interna; pero con esta experiencia se combina la idea de unidad en general, es decir de la exclusion de la distincion y multiplicidad en el acto del pensamiento y en el sujeto pensante.
Sentí también remordimientos de conciencia, como si estuviera poniendo mis manos en el tesoro de un amigo, y me apresuré a dar un tajo a la conversación, llevando enseguida los restos de ella hacia la otra que ya estaba en la agonía por falta de materia o por sobra de cansancio entre los interlocutores.
Palabra del Dia
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